La asignatura pendiente es la pyme —con excepción de medianas y pequeñas empresas exportadoras—, cuyo despegue está condicionado a la recuperación de la demanda interna y el acceso a la financiación. Todos los colectivos de prescriptores de los viajes corporativos y eventos, desde Gebta hasta AEGVE, han orientado su estrategia a la incorporación de las pymes, ya sean agencias de viajes o empresas en las que desarrollan su actividad los travel managers. Aunque es la Asociación Española de Gestores de Viajes de Empresa la que mayor representatividad y potencia ha alcanzando entre grandes y pequeños.
Cada dólar o euro invertido por las empresas en viajes de negocios incrementa en 12,50 euros la facturación y en cerca de cuatro euros los beneficios, de acuerdo con el estudio de Oxford Económic (EE UU). Un factor multiplicador que es tanto o más importante en el Sector MICE, y que se extiende no solo a las empresas y entidades que convocan y organizan las convenciones, congresos y otros eventos, sino a los destinos que los albergan y a los transportistas, hoteleros y al conjunto de las empresas turísticas.
Y es que, pese al auge de la tecnología de la comunicación (videoconferencia incluida) y las terminales móviles, las empresas perderían el 28% de su negocio actual si eliminaran la reunión presencial.