La escalada de la crisis de Crimea en el mes de marzo coincidió con una notable desaceleración del crecimiento del Turismo emisor ruso hacia Europa, con las únicas excepciones de Grecia, Chipre y Turquía. Según revela una investigación llevada a cabo por European Travel Commission (ETC), a comienzos de año se estimaba un aumento del 10% de las entradas de turistas procedentes de este mercado, si bien se ha revisado esta previsión a la baja, hasta el 3%.
El informe recuerda que en las dos últimas décadas Rusia ha crecido a pasos agigantados, hasta convertirse en el tercer emisor de viajeros del viejo continente. La mejora económica experimentada por el país ha permitido que cada vez más ciudadanos superen el umbral de ingresos necesario para que un viaje al extranjero sea algo asequible.
Sin embargo, la crisis de Crimea, el debilitamiento de la economía interna rusa y la depreciación del rublo, que ha alcanzado un mínimo histórico frente al euro, han provocado un cambio notable en los hábitos de viaje. España, Alemania, Italia y Polonia son, según ETC, los destinos que han sufrido "las caídas más dolorosas". Por el contrario, Chipre, Grecia y Turquía han mostrado una tendencia favorable a pesar de esta situación.
Ventaja competitiva de Chipre, Grecia y Turquía
Hay varios factores que explican esta tendencia. En primer lugar, Chipre, Grecia y Turquía ofrecen una buena relación calidad-precio. Además, en el caso de Turquía no hay requisitos de visado. Por otro lado, la investigación pone de manifiesto que estos tres destinos empatizan con el turista ruso.
De cara al futuro, ETC contempla tres posibles escenarios. Antes de la crisis se calculaba que el mercado emisor ruso crecería por encima de cuatro millones de turistas entre 2014 y 2016. En cambio, actualmente se estima un aumento de 2,5 millones en tres años, siempre y cuando no se produzca un empeoramiento de la situación.
Si la situación política se deteriora y las sanciones contra Rusia aumentan, ETC pronostica que los destinos Europeos dejarán de recibir un millón de viajeros procedentes de este país de aquí a 2016. Asimismo, en caso de un recrudecimiento del conflicto con Ucrania, las previsiones son más aún sombrías: se perderán hasta cinco millones de turistas en el periodo comprendido entre 2014 y 2016.