Uno de los fundadores de Dream Cube Hostel, Carlos Humoa, explica que la mayor parte de sus clientes, prácticamente el 90%, son extranjeros de entre 19 y 34 años de edad. Humoa menciona que la estación del año tiene una gran influencia en los países de procedencia de sus huéspedes: "En los meses de invierno tenemos muchos europeos de países como Alemania, Inglaterra, países nórdicos y Francia. Franceses tenemos muchos precisamente en febrero coincidiendo con la Semana Blanca y en primavera muchos de nuestros huéspedes europeos tienen que ver con el programa Erasmus. A partir de junio y hasta septiembre es nuestra temporada alta y además de europeos, tenemos huéspedes de diversos países americanos y se incrementa también el número de asiáticos, por ejemplo de Corea y Japón. En otoño resulta frecuente encontrarse con viajeros de países como Australia, Nueva Zelanda y también Corea, ya que en estos países muchos jóvenes tienen la tradición de dedicar un año sabático para dar la vuelta al mundo y han programado que Barcelona sea una de sus escalas imprescindibles".
Estancia de tres días entre semana
Tal y como explica Carlos Humoa, los vuelos low cost que llegan a la capital catalana también influyen mucho en los viajeros que se alojan en Dream Cube Hostel. Así la mayor parte de las estancias en su hostel son de aproximadamente tres días y preferentemente en días laborables: "los viernes y los domingos no tenemos tantas entradas y salidas de viajeros porque muchos de nuestros clientes acuden a la ciudad en vuelos low cost y normalmente los billetes de avión que incluyen viernes y domingos son más caros, por lo que, al contrario de lo que pueda parecer, nuestra ocupación es mayor de lunes a jueves".
Los americanos socializan más
La configuración del hostel favorece la convivencia de los huéspedes en las zonas comunes, así se observa como las respectivas culturas según las distintas nacionalidades influyen en su forma de relacionarse: "Los americanos socializan más y les gusta hablar con otros huéspedes, en cambio los asiáticos son un poco más tímidos al principio, quizá por prudencia, pero luego también se esfuerzan por comunicarse", explica Humoa. Y añade: "Otra de las diferencias culturales es por ejemplo que las asiáticas no comparten habitación con hombres, y de hecho tenemos una habitación sólo para mujeres, en cambio las americanas y europeas prefieren elegir los cubes al lado de sus acompañantes de viaje, aunque esto implique que haya otros hombres en los cubes de al lado".