"El Turismo es uno de los sectores clave de la economía española, por su peso tanto en el Producto Interior Bruto (PIB) como el empleo, que está desempeñando un papel decisivo en la salida de la crisis". Así lo expone un informe del Banco de España, en el que se hace referencia a los últimos datos de la Cuenta Satélite del Turismo, según los cuales, la participación del Turismo receptor en el conjunto de la economía ha aumentado en los últimos años, representando en la actualidad el 5,1% del PIB. Así, el Banco de España estima que la cuota de España en el Turismo mundial se sitúa alrededor del 6%, muy por encima de la cuota comercial y del peso relativo del país en el PIB mundial.
No obstante, el informe señala una serie de amenazas que podrían incidir negativamente en la evolución del Turismo. Por un lado, recuerda la excesiva concentración de los mercados emisores europeos (británicos, franceses y alemanes acumularon un 55,6 % del total en 2013), lo que ya provocó que el destino acusase especialmente la debilidad de la posición cíclica de la Unión Europea.
Por otro lado, el Banco de España prevé que prosiga la diversificación del Turismo en los próximos años, en la medida en que las economías emergentes sigan avanzando en un proceso de convergencia económica que sustente una mayor pujanza de su demanda de servicios turísticos. A este respecto, advierte de que la posición geográfica de España limita su capacidad para aprovechar la expansión de la demanda procedente de las economías emergentes asiáticas, que constituye una de las principales tendencias recientes del Turismo mundial.
Difícil rentabilización de las infraestructuras
Además, un rasgo distintivo del Turismo en España, derivado de la dotación de recursos naturales, es su especialización en el segmento ‘sol y playa’, siendo este un modelo que puede encontrarse con algunas limitaciones en su capacidad de crecimiento una vez que ha alcanzado un nivel de madurez. En este sentido, el informe indica que la elevada estacionalidad y concentración geográfica de los flujos de Turismo internacional que recibe la economía española, puede conllevar una congestión en la utilización de las infraestructuras en los destinos costeros durante la época estival y un exceso de capacidad durante el resto del año, de difícil rentabilización.
Para el Banco de España, la oferta turística de nuestro país es más vulnerable a la competencia de destinos con precios reducidos y menos masificados, debido a que se encuentra altamente concentrado por país de procedencia, en la temporada estival y en determinadas áreas geográficas. En este sentido, afirma que el potencial de crecimiento del Sector Turístico en España vendrá determinado, más que por un aumento masivo en la llegada de turistas, por una mejora de la calidad que permita atraer nuevos segmentos con mayor capacidad de gasto, entre los que destacan el urbano y el de negocios. Esto, a su vez, permitiría reducir la excesiva estacionalidad del Sector.