Testimonios
La AEHM recibe cada día testimonios de vecinos "desesperados" con comentarios como los que aparecen a continuación:
- "Algunos llegan borrachos, e intentan meter las llaves en mi puerta y al ver que no entran las llaves, tocan el timbre en la noche pensando que es su piso y yo les tengo que decir que no es aquí su casa".
- "Tocan el telefonillo del portal y te levantan de la cama y no se sabe en qué idioma hablan".
- "Un fin de semana conté cuántas personas salían del piso y eran ocho personas, pero luego la persona que alquila los pisos me dijo que no eran ocho, que habían sido 10 personas".
- "Es como si encima de mi casa hubiese un tablao flamenco, un hipódromo donde no dejan de cabalgar caballos".
- "Siempre se oyen risas, músicas, golpes y más golpes con bailes de los grupos de turistas que vienen y van arrastrando maletas".
- "Es como si fuese un hotel sin normas y sin recepción".
- "Da igual que subas a llamarles la atención porque al día siguiente o a la semana siguiente vienen otros distintos y vuelven a empezar, porque es gente que viene de ocio y llevan un ritmo de vida distinto al resto de los vecinos que viven de forma normal".
"En la mayor parte de las comunicaciones que recibimos —manifiesta el secretario general de la Asociación, Antonio Gil— se trata de personas mayores y pacíficas que sufren este calvario en silencio y, en algunos casos, incluso con miedo a represalias".
El presidente de la AEHM ha querido animar a todos los afectados a que se agrupen y defiendan su derecho a vivir sin ser molestados y, a que no les instalen junto a su vivienda un "hotel" sin control. Asimismo, ha pedido a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid que, de forma urgente, "ponga coto a esta situación que sólo crea perjuicio para el hospedaje madrileño, para los vecinos y para la imagen de Madrid".