Según informa Delta, el 51% restante del capital de Virgin seguirá en manos de su actual propietario, Richard Branson. Entre los puntos más relevantes de la operación, destaca que las dos aerolíneas compartirán costes y ganancias en los vuelos de esta alianza. No obstante, la compra está sujeta a la aprobación por parte de los departamento de Competencia y de Justicia de Estados Unidos, así como de las autoridades europeas.
"Uniendo las fuerzas de nuestras dos compañías aéreas en una alianza estratégica, podemos ofrecer a nuestros clientes una red sin igual entre Norteamérica y el Reino Unido, y continuar construyendo una mejor aerolínea para nuestros clientes, empleados y accionistas", afirma el consejero delegado de Delta, Richard Anderson. Por su parte, el director ejecutivo de Virgin, Steve Ridgway, también asegura que "los consumidores obtendrán la recompensa con precios competitivos justos y un servicio de la mayor calidad".