La aerolínea justifica la medida, tras una revisión exhaustiva de su estrategia operacional, argumentando que la rentabilidad de la base madrileña es menor que la del resto de las que cuenta en Europa. Así, cita la combinación del exceso de capacidad existente en el mercado aéreo español, que se traduce en bajos ingresos por pasajeros, y a "las altas tasas aeroportuarias". Sobre este último aspecto, asegura que en los dos últimos años las tasas aéreas se han incrementado más del doble y que seguirán subiendo por encima de la inflación en los próximos ejercicios.
Pese a ello, subraya que mantiene su "compromiso con España, incluido Madrid", por lo que continuará volando desde y hacia el país desde sus bases en Europa. A pesar de estos cambios que todavía "se están valorando", Easyjet prevé transportar más de 12 millones de pasajeros desde y hacia España el año que viene.