International Airlines Group (IAG), holding resultante de la fusión de Iberia y British Airways, está sondeando el mercado a la espera de encontrar operaciones interesantes que realizar. Así lo confirma su presidente, Antonio Vázquez, quien reconoce que en estos momentos ambas aerolíneas continúan estudiando el mercado.
Después de que hace un año el propio consejero delegado del grupo aéreo, Willie Walsh, anunciara una lista de una docena de candidatos con la que trabajaba el grupo, las especulaciones siguen en el aire a falta de una confirmación oficial. En las quinielas aparece TAP, en el punto de mira desde que Portugal haya puesto en marcha un agresivo plan de privatizaciones en el que se incluye la venta de la aerolínea estatal.
También está en la lista de IAG la filial de Lufthansa, BMI, sobre todo después de que el grupo aéreo que preside Vázquez comprara hace unas semanas sus slots en el aeropuerto de Heathrow para British Airways. Otras candidatas son la australiana Qantas o la irlandesa Aer Lingus, aunque no termina de concretarse ninguna operación. "De momento continuamos viendo el mercado", afirma el presidente de IAG.
Se sigue negociando el convenio colectivo
Por otro lado, el presidente de Iberia asegura que la compañía aérea continúa las negociaciones del convenio colectivo de sus pilotos y que aún no han llegado a ningún acuerdo al respecto. La aerolínea española se muestra dispuesta a agotar todas las posibilidades para alcanzar un acuerdo y aboga por seguir intentándolo.
Iberia ya ha firmado los convenios colectivos con sus trabajadores de tierra y sus Tripulantes de Cabina (TCP), y le queda la firma con los pilotos para acometer la esperada transformación de su modelo de corto y medio radio, que ha dejado de ser rentable por la elevada competencia de las low cost. Así, considera que para ser rentable en trayectos cortos respecto a las aerolíneas de ‘bajo coste’ debe competir en las mismas condiciones, por lo que sus directivos barajan dos opciones, crear una low cost o externalizar estos servicios. Sin embargo, Iberia cuenta con la oposición del Sepla, que rechaza incluir en su convenio la posibilidad de que ciertos comandantes y pilotos tengan que pasarse a otra compañía, con la consiguiente bajada de sueldos y modificaciones de horarios.