¿Quién va a asumir ahora la necesaria interlocución con los demás ministerios? ¿Quién va a participar en las reuniones de secretarios de Estado, previas al Consejo de Ministros, para defender los intereses del Sector Turístico? ¿Dónde queda el compromiso del presidente del Gobierno con esta actividad? ¿Qué sentido este nuevo ninguneo la primera actividad de la economía española?
Tras la adscripción del Turismo a la Consejería de Trabajo en la última remodelación del Gobierno de Baleares, que llenó de perplejidad a propios y extraños, este gesto del Gobierno de España dice más que mil discursos, pero, sobre todo, rebaja el nivel de su representatividad cuando más falta le hace al Sector un interlocutor en el Gobierno.
Un anterior Gobierno justificó la no creación de un ministerio propio o (esta misma decisión de sustituir la Secretaría de Estado por una Secretaría General,) por las ventajas de adscribir Turismo a la Vicepresidencia Económica, lo que otorgaría un acceso privilegiado a la política económica del Gobierno de España. Y, aunque muchas voces clamaron en su contra, el Sector no le fue mal contando con el vicepresidente Rato como ministro "a tiempo parcial".
Ahora, sin embargo, ni tan siquiera se buscan ya fórmulas (o argumentos) de compensación. Salvo que la explicación esté en que es el ministro Sebastián quien pierde fuelle en su hasta ahora privilegiada relación con los equilibrios de poder del presidente Zapatero.
Sea como fuere, los líderes de las Organizaciones empresariales han de incrementar su presión sobre Sebastián para que, como reclama CEHAT, "se implique más" que hasta ahora en el apoyo al Turismo. Y en idéntico sentido se han pronunciado los portavoces del Sector de agencias de viajes, no sin antes denunciar la contradicción y el sinsentido que supone rebajar la categoría de una actividad de tan notable importancia estratégica.
En la víspera de perder sus galones de secretario de Estado, Joan Mesquida se reunía con la Mesa del Turismo, en un intenso almuerzo de trabajo, acompañado del director general de TurEspaña, Antonio Bernabé. Parte de sus palabras destacaron la importancia que para el Turismo tiene contar con una secretaría de Estado, por la interlocución que asegura en el complejo entramado del la Administración central del Estado.
Hacemos nuestras estas palabras, que son las mismas del presidente Zapatero y el ministro Sebastián, para contraponerlas a una decisión política que ni conviene a los intereses de España, ni el Sector Turístico se merece. Es un grave error, uno más, que hace un flaco favor a la primera actividad económica del país.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.