"La fuerte caída del tráfico de pasajeros en febrero muestra la amplitud de la crisis", apunta el presidente de IATA, Giovanni Bisignani. Es más, pese a la reducción de casi el 6% en la capacidad de las aerolíneas, "la más agresiva desde que comenzó la crisis", no se ha conseguido contrarrestar el ritmo de caída de la demanda, lo que ha provocado un recorte de 3,2 puntos porcentuales en el factor de ocupación, que se sitúa en el 69,9% en febrero.
La fuerte reducción de la demanda afecta a todas las regiones, aunque las compañías aéreas africanas y asiáticas han sido las más perjudicadas. En el caso europeo, las compañías aéreas han llevado a cabo una reducción del 7,6% de su capacidad, porcentaje insuficiente para paliar la caída del 10,1% de la demanda, lo que ha situado el factor de ocupación en el 70,2%. Por su parte, las aerolíneas norteamericanas, que han recortado la capacidad un 7,1%, han experimentado en febrero un descenso de la demanda del 12%.
Con el objetivo de corregir la crítica situación que atraviesa el sector aéreo, Bisignani ha pedido cambios en las políticas para ayudar a las aerolíneas, destacando a su vez la importancia del transporte aéreo como "catalizador de la actividad económica". En este sentido, el presidente de IATA considera que "los gobiernos están gastando billones para dar subsidios a los bancos y para estimular las economías". "En comparación, nuestras peticiones son efectivas en coste y baratas", recalca Bisignani.
"Los Gobiernos deben abandonar la idea de cargar impuestos sobre la aviación y diseñar una estrategia que reconozca y apoye el papel de la industria aérea en la economía", resalta Bisignani. Asimismo, el presidente de la IATA considera que las aerolíneas necesitan "libertad comercial para ser capaces de fusionarse o consolidarse".