Según Gaspart, este incremento podría afectar a los salarios de los trabajadores y a la rentabilidad de los hoteles: "Si este precio sigue subiendo, sube todo. Si queremos margen para obtener beneficios, hacer reformas y obras, ¿quién pagará las consecuencias? No digo que haya que bajar sueldos, pero si los costes siguen aumentando, afectará inevitablemente a las negociaciones salariales".
El aumento de la tasa, fruto de un acuerdo entre el Govern y los Comunes, permitirá a los ayuntamientos seguir subiéndola si lo consideran oportuno. En algunos casos, el importe podría llegar a los 15 euros por noche. En Barcelona, por ejemplo, un cliente de un hotel de lujo, que hasta ahora pagaba 7,5 euros, podría llegar a pagar el doble.
Una tasa 'meramente recaudatoria'
El Gremi d’Hotels de Barcelona expresó ayer por la mañana su rechazo frontal a la subida de la tasa en un comunicado en el que advierte de las consecuencias negativas que podría tener para el sector. La organización hotelera critica que el incremento no responde a una estrategia real de promoción turística ni a una mejora en la gestión del sector, sino que se trata de una medida “puramente recaudatoria” que afectará a la competitividad de la ciudad como destino.
'El turismo en Barcelona no es un problema, sino una fuente de riqueza y empleo'
"El turismo en Barcelona no es un problema, sino una fuente de riqueza y empleo. En lugar de demonizarlo con medidas de este tipo, se deberían buscar fórmulas para gestionarlo mejor y hacerlo más sostenible", sostiene el comunicado del Gremi.
La entidad también cuestiona el uso que se dará a lo recaudado con la nueva tasa. Según el Govern, solo el 25% del total se destinará a abordar la crisis de la vivienda, algo que el Gremi considera insuficiente y demagógico. “Si realmente se quiere resolver el problema de acceso a la vivienda, que destinen el 100% de la recaudación. Lo que no tiene sentido es que el turismo asuma un sobrecoste cuando no es el único factor que incide en esta problemática”, apunta el comunicado.
Además, desde el Gremi denuncian que la tasa turística, implantada en 2012 con el compromiso de ser un impuesto finalista para la promoción de la ciudad, ha terminado convirtiéndose en una herramienta de financiación para otros fines. "Nos dijeron que era temporal y para promoción turística, pero se ha convertido en una fuente de ingresos estructural", critica la entidad.
Empresarios turísticos en alerta
Más allá del aumento de la tasa, el cambio en su reparto también ha sido motivo de controversia. Hasta ahora, los ayuntamientos recibían el 33% de lo recaudado, pero con la nueva normativa este porcentaje sube al 50%, reduciendo en nueve millones de euros el presupuesto de la Generalitat destinado a la promoción turística.
Desde la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña (ConfeCat) advierten que este cambio genera incertidumbre sobre el uso final de los fondos: "El modelo anterior garantizaba una promoción eficaz de Cataluña como destino turístico. Ahora, no está claro si estos recursos se destinarán realmente a fomentar el turismo o si se desviarán a otros usos".
ConfeCat ha enfatizado la importancia de la promoción turística para mantener la competitividad internacional de Cataluña: "Este fondo común garantiza campañas de captación de turismo de calidad y favorece la descentralización del turismo en Barcelona".
¿Hacia dónde van los fondos?
Según la ley, la recaudación de la tasa turística debería destinarse a la promoción del turismo, la mejora de infraestructuras y el desarrollo de productos turísticos. Sin embargo, desde el Gremi d’Hotels alertan de que, con el nuevo reparto, los municipios pueden usar los fondos de manera más discrecional y sin una fiscalización clara:
“Este cambio nos preocupa porque no hay garantías de que los recursos se empleen para lo que realmente deberían. No sabemos si servirán para fomentar el turismo o si acabarán financiando otras partidas municipales”, advierte el comunicado.
Gaspart también ha cuestionado la comparación con otras grandes ciudades europeas: "Nos hablan de Londres, Roma o París, pero la competencia de Barcelona también es Zaragoza o Valencia, donde no existe esta tasa. ¿Son tontos por no aplicarla?", ha señalado.
Con este nuevo escenario, el sector turístico catalán advierte de que la subida de la tasa y el recorte en promoción podrían tener consecuencias directas en la llegada de turistas y en la sostenibilidad económica de los hoteles, restaurantes y otros negocios vinculados al sector.
