Aunque existe optimismo, el presidente de ALA ha mostrado cautela por los factores externos que podrían condicionar la buena marcha del tráfico aéreo, como la inestable situación geopolítica o la evolución de la inflación. Otro de los riesgos son las ineficiencias en la gestión del tráfico aéreo en Europa, lo que está provocando un aumento de los retrasos. Además, también ha nombrado los elevados costes de las descarbonización, incidiendo en que debe mantenerse una industria democratizada.