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TRIBUNA DE OPINIÓN | EUGENIO DE QUESADA

Por la unidad asociativa del Sector de las agencias de viajes

Presidentes de Asociaciones empresariales.
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Presidentes de Asociaciones empresariales.
lunes 29 de enero de 2024, 07:00h
El Sector escenificó la unidad asociativa en una “foto de familia” en la cena de gala conmemorativa del 25º aniversario de la Plataforma NEXOTUR.com, celebrada la víspera de Fitur en el Novotel Madrid Center.

La aprobación de los ERTE, el Convenio Laboral o los avances en el Real Decreto 933/2021 son fruto de ese Asociacionismo

Ante casi tres centenares de empresarios, directivos y ministros iberoamericanos, que arroparon el reconocimiento público a los Protagonistas del Turismo en España, los líderes asociativos aceptaron la invitación de NEXOTUR para posar juntos.

La presencia en el evento de los presidentes de todas las Asociaciones de agentes de viajes posibilitó esta entrañable “foto de familia” con los presidentes tanto de CEAV y sus Asociaciones miembros, como de UNAV, ACAVE y FETAVE. Una imagen que representa la frustrada unificación asociativa, que la inmensa mayoría de los agentes de viajes desean. Un anhelo que incluye a los grandes grupos (como puso expresamente de manifiesto el CEO de Ávoris en su intervención) y las redes minoristas, tanto grandes (la histórica vocación pro asociacionista de Viajes El Corte Inglés es inequívoca) como medianas (IAG7 Viajes u otras redes presentes han demostrado sobradamente su firme compromiso asociativo), sin olvidar a los grupos comerciales de agencias independientes (en especial AIRMET, DIT, GEA y AVASA). Los directores generales de todas estas empresas, presentes en la cena, fueron testigos de la simbólica fotografía.

Como es sabido, la ruptura de la unidad asociativa del Sector se produjo, en primera instancia, por la salida de la catalana ACAVE y, a mediados del pasado año, de la decana ACAV. Las dos mayores Asociaciones de agencias de España, ambas fundadoras de FEAAV, antecesora la Cúpula CAAVE, la Confederación CEAVYT y de la actual Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), que reúne cerca de una treintena de Asociaciones autonómicas, provinciales y especializadas.

Cabe recordar el papel decisivo jugado por el Asociacionismo sectorial en las últimas décadas y, muy especialmente, durante la pandemia, paliando en lo posible los estragos que causó al Sector el parón mundial de Turismo y el cierre impuesto a todas las agencias. Gracias a tener una única voz, fuerte y representativa, todas las agencias (incluidas las que no forman parte de ninguna Asociación) se beneficiaron en marzo de 2020 de la inmediata aprobación de los ERTE, reclamados por CEAV en sus reuniones con el Gobierno, implementando la posibilidad que ofrecía el Estatuto de los Trabajadores, que el Sector reclamó desde el primer momento, ante el desconocimiento de su existencia por parte del Ministerio de Turismo.

Gracias a la representatividad que permitía contar con una sola voz, las agencias de viajes fueron el único Sector que arrancó de la nueva Reforma Laboral la prórroga de los ERTE por parte del Ministerio de Trabajo, gracias al Mecanismo RED, permitiendo a las agencias mantener los ERTE durante un año más. Un logro sin el cual muchas agencias no habrían podido sobrevivir. Sin olvidar, la presión asociativa para lograr las ayudas directas del Estado transferidas a las Comunidades Autónomas, en el que la acción conjunta de la Confederación y las diversas Asociaciones resultó determinante. O el apoyo para la concesión ayudas locales logradas por Asociaciones autonómicas y provinciales.

Es cierto que la pandemia obligó a sustituir las asambleas y consejos directivos presenciales por sesiones virtuales, carentes de la presencialidad y, por tanto. más frías y rígidas. Dificultando que muchos directivos expresaran sus opiniones. Unas reuniones que, por su propia naturaleza virtual llegaron, incluso, a hurtar el debate. Pero esta rémora, que impidió el necesario dialogo cara a cara, confrontando opiniones, discutiendo incluso, para llegar a acuerdos tras debatir mirándose a los ojos, almorzando o tomando una copa juntos, ha generado generando una cierta sensación de desafección y desatención. Pero conviene recordar que lo sucedido no ha sido algo exclusivo de nuestro Sector. Esta realidad ha afectado a todas las Asociaciones empresariales y colectivos profesionales, sin excepción. La pandemia obligó a presidentes, secretarios generales y gerentes de gran parte de las Asociaciones empresariales a actuar muchas veces de forma ejecutiva. Como si dirigieran empresas donde los gestores toman decisiones, en lugar de como Asociaciones que requieren procesos colegiados y asamblearios que exigen desarrollar debates y alcanzar consensos. Y, al menos en parte, de aquellas aguas estos lodos.

Pero lo cierto es que los logros de la representatividad sectorial, fruto de la unidad asociativa, han sido evidentes. Por ejemplo, en la negociación del Convenio Laboral, frente a la dispersión que supone la existencia de tres Sindicatos, especialmente en materia salarial. O la creciente e importante presencia del Sector en el Empresariado y el Turismo, ostentando vicepresidencias en instituciones tan influyentes como el Consejo de Turismo de CEOE, el Consejo Directivo de CEPYME; en grandes foros sectoriales como el Consejo Español del Turismo, la Mesa del Turismo de España o el Instituto para la Calidad Turística. Sin olvidar las mesas bilaterales, como por ejemplo la de APJC, donde las agencias negocian con las compañías aéreas.

Esta única y poderosa voz ha resultado decisiva en aspectos capitales para las agentes, como la negociación con el Gobierno de la transposición de la Directiva de Viajes Combinados, evitándoles otorgar garantías duplicadas o asumir responsabilidades frente a los consumidores que corresponden a los proveedores. O en cuestiones tan relevantes como el Real Decreto 933/2021 sobre Obligaciones de Registro Documental, por el que se pretendía obligar a las agencias a comunicar al Ministerio de Interior las fechas de reserva, los datos de pago o el número de viajeros, entre otros datos, que corresponden a transportistas y hoteleros y no a los intermediarios, con el notable coste de tiempo y recursos que ello exigiría a los agentes.

Es de bien nacidos ser agradecidos y, por ello, es de justicia reconocer el eficaz ejercicio lobista que durante la pandemia CEAV llevó a cabo, en nombre del Sector, no sólo ante varios Ministerios del Gobierno de España y Administraciones autonómicas y locales, sino mediante la constante (e impecable) presencia en televisiones, radios y prensa del presidente de CEAV, sin un solo desliz, lapsus lingüae o declaración ambigua por los que pudiera ser malinterpretado. Algo nada fácil, habida cuenta de la extrema dificultad que requiere todo ejercicio de comunicación mediática, como ha quedado de manifiesto por las diversas polémicas suscitadas en los medios de comunicación, a raíz de declaraciones efectuadas por líderes de otros sectores turísticos.

Duele ver cómo la ruptura de la unidad asociativa ha puesto en cuestión la cordialidad que ha de presidir las relaciones entre Asociaciones hermanas, llevándose por delante amistades personales de muchos años. Una situación particularmente injusta para quienes, tras largos periodos de generoso servicio al Asociacionismo, ven como estas diferencias y rencores enturbian sus trayectorias de servicio al Sector, que en modo alguno merecen tan triste desenlace. Y es que, aunque solo fuera porque estos servidores del colectivo culminen sus mandatos con el reconocimiento generalizado que bien merecen, ya valdría la pena recuperar la unidad asociativa.

Congreso de la Unidad

La unificación del Asociacionismo sectorial, lograda en el llamado Congreso de la Unidad celebrado en Sevilla en 2000, costó un enorme esfuerzo y exigió refundar el Sector en la Cúpula Asociativa de Agencias de Viajes Españolas (CAAVE), hace casi un cuarto de siglo. La clave o el nudo gordiano que hubo que deshacer entonces, fue la representatividad que verdaderamente tenía cada Asociación: calculando cuánto “pesaba y medía” cada colectivo, para asignarle una representación proporcional en el órgano de gobierno de la Cúpula. Los escollos (y las lecciones) que el Sector superó (¿y aprendió?) de aquel proceso, vuelven a estar hoy presentes; como si hubiéramos olvidado lo aprendido. Porque quienes olvidan su historia están obligados a repetirla, conviene recordar algunas de las enseñanzas más relevantes.

Una de los aprendizajes de aquel proceso fue que la representatividad asociativa no debía establecerse en función de criterios cualitativos (y, por tanto, subjetivos) como el prestigio y la relevancia histórica de los colectivo, por ejemplo, que tengan o no un departamento jurídico propio, sino a partir de datos cualitativos (y por ende objetivos) como son el número de empresas, de puntos de venta, la facturación anual y el volumen de trabajadores de las empresas que forman cada Asociación. Por ello, una Asociación no debía atribuirse el ciento por ciento de la representatividad de una empresa asociada cuando también formaba parte de una, dos o tres Asociaciones más. Por ello, al estar duplicada, triplicada o cuadruplicada la representación de una agencia, ésta debía repartirse entre las Asociaciones de las que formaba parte. Un dato particularmente relevante cuando de grandes y medianas redes minoristas se trata.

El estudio de la representatividad asociativa realizado en el año 2000 fue, por cierto, una contribución tan laboriosa como desinteresada, realizada por el Grupo NEXO para facilitar la unificación asociativa. La cuestión es si es necesario volver a elaborar este estudio, aprovechando la metodología que en su día se consensuó.

U es que, aunque se actualizara el estudio de representatividad asociativa, el resultado volvería a ser el mismo: que al ser tan grandes las principales Asociaciones, las pequeñas quedarían fuera del órgano de gobierno de la Confederación, por lo que sería necesario repetir el ejercicio de generosidad que en su día hicieron las más grandes, para que todas las Asociaciones estuviesen presentes y, por tanto, representadas. Por otra parte, sorprende la vuelta de la antigua controversia entre los dos grandes colectivos pre unificación: el principio irrenunciable de FEAAV que imponía “una empresa un voto”, frente a la convicción aplicada por AEDAVE que abogaba por el “voto cualificado”.

Sea como fuere, al margen de estas u otras disquisiciones, lo que está claro es que todas las Asociaciones defienden lo mismo: los derechos e intereses de las agencias de viajes. Y estando de acuerdo en este objetivo común, cada Asociación debiera dejar de mirarse el ombligo y tener la altura de miras que el Sector reclama. Olvidar diferencias, desterrar rencores y empujar todos en la misma dirección. Recuperando para las agencias una sola voz, única y fuerte, basada en el diálogo y el consenso en la toma de decisiones y en el respeto a las personas y colectivos, que asegure una defensa eficaz de los legítimos intereses de las agencias. Hoy, como ayer, NEXOTUR apuesta por el Asociacionismo y por un Sector fuerte. Pero eso no será posible sin la unidad asociativa. Y el actual viento de cola de la demanda no durará siempre. O es ahora o puede no llegar a ser nunca.

Que les sea útil. Ese es nuestro mayor interés.