Javier Gándara se ha mostrado cauteloso frente a estos datos
Los datos para la temporada de verano conducen a un moderado optimismo, ya que, aunque no se espera una recuperación del sector hasta al menos el año 2023. La programación veraniega alcanza cifras que rozan los niveles prepandemia, con 212 millones de asientos programados, apenas un 0,4% menos con respecto al mismo período de 2019. Sin embargo, el presidente de ALA, Javier Gándara, se ha mostrado cauteloso frente a estos datos, ya que están condicionados a la evolución de la pandemia y de la guerra en Ucrania, la cual ha tenido un impacto indirecto a a través del precio del combustible.
Con las esperanzas puestas en la temporada estival y para facilitar los viajes desde fuera de la Unión Europea, el presidente de ALA ha subrayado la importancia de la homogeneización de requisitos de entrada desde terceros países con una situación epidemiológica similar a la de la UE. En este sentido, ha defendido que los países de la Unión, y en particular España, acepten las pruebas diagnósticas para entrar en el país desde terceros países, del mismo modo que lo hacen con los certificados de vacunación y de recuperación. "Hay que acabar con esta maraña de disparidades que dificultan el viaje y disuaden al pasajero a venir. Deben darse facilidades, y si España tarda en dar este paso corre el riesgo de perder tráfico de turistas que optarán por países vecinos, como ocurre en Francia, donde las pruebas diagnósticas tienen la misma validez que la vacunación o el certificado de recuperación para los residentes en una mayoría de terceros países", ha señalado.
Asimismo, la Asociación ha vuelto a reiterar su petición de que se refuerce la dotación policial en los controles de pasaportes de los aeropuertos con gran tráfico internacional, ya que la congestión se traduce en un perjuicio para los pasajeros, tanto nacionales como internacionales, en forma de retrasos o pérdida de vuelos o conexiones en nuestro país: solamente esta Semana Santa más de 3.000 personas perdieron su conexión sólo en el aeropuerto de Madrid- Barajas a causa de las largas esperas producidas en los filtros fronterizos.
De otro lado, ALA ha solicitado al Gobierno su petición de que exima a las compañías aéreas de los costes incurridos por AENA por las medidas sanitarias implementadas en los aeropuertos frente a la pandemia En rueda de prensa, el presidente de ALA ha exigido que sea el Estado el que asuma la totalidad de estos costes, para favorecer la recuperación del sector aéreo y del Turismo. ALA ha pedido al Ejecutivo que repare así el agravio ocasionado al sector aéreo, al ser el único modo de transporte excluido del Plan de Choque de Respuesta a la guerra de Ucrania, y que no deje pasar la oportunidad de incluir esta propuesta en el Real Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo, que regula este Plan anticrisis, en caso de que se tramite como proyecto de Ley tras su convalidación por el Congreso de los Diputados
"Pedimos al Gobierno que no deje atrás al sector aéreo. Las aerolíneas también estamos sufriendo esta crisis derivada del conflicto bélico", ha afirmado Gándara, quien ha recordado que las aerolíneas también están soportando el alza en los precios del combustible, además de una subida desbocada del IPC de hasta el 9,8% en marzo, su tasa más alta en 37 años. Para amortiguar los efectos de esta guerra, ALA pide que el Estado asuma la totalidad de los costes sanitarios del COVID-19, que hasta septiembre de 2021 ascendieron a 150 millones de euros.
Un problema recurrente
Por otro lado, con la reactivación de las operativas y las compañías incrementando capacidad para este verano, desde ALA se advierte nuevamente de los problemas de congestión en el espacio aéreo en Europa. Se espera que esta situación pueda agravarse en los próximos meses en Francia, debido a la reducción de actividad en el centro de control de Reims hasta finales de agosto por la implementación de un nuevo sistema de navegación aérea, lo que ejercerá presión en la capacidad del centro de control de Marsella (determinante en la gestión de nuestro tráfico aéreo desde y hacia Europa), y acentuará la acusada saturación que arrastran ambos centros.