Por un lado, este proyecto de paisajismo es sostenible ya que consigue reducir diariamente la huella de carbono del hotel, “Los jardines compensan las emisiones de gases derivadas de otros servicios. Con unas zonas verdes de más de tres hectáreas, las plantas absorben grandes cantidades de CO2 que se transforman en oxígeno, regenerando la atmósfera y contribuyendo a reducir la huella de carbono”, apunta la conocida paisajista y diseñadora de los Garden Tours del hotel, Isabel Alguacil.
El fin del Royal Hideaway Sancti Petri es salvaguardar la salud mental y el bienestar de los individuos evocando a la naturaleza
Diseño biofílico
El diseño biofílico se conoce como la incorporación de elementos de la naturaleza en espacios urbanos e interiores. Por ello, Royal Hideaway ha apostado por este diseño combinando materiales constructivos con vegetativos.
Con el objetivo de cuidar el bienestar de los clientes, la compañía ha tenido en cuenta una serie de factores como el clima, que permite el florecimiento de especies subtropicales como la Sheflera y el Chamaerops humilis. La topografía, que estudia el posicionamiento del terreno. Y la zonificación con el objetivo de sacar el mejor rendimiento posible de cada área del hotel.
El diseño del hotel se presenta en armonía con la vegetación, y con una combinación de colores que destacan con un contraste naranja, verde y azul.
Los jardines se dividen en dos recorridos; el primero recto y pavimentado; y el segundo de césped para descubrir su vegetación y las cascadas.
Cuenta con diversas variedades de especies vegetales como, arboles de sauce o gran cantidad de palmeras que fueron plantadas en 2007. También cuenta con agua y estanques, que separan diversas zonas como bares y restaurantes. Además, la función de las plantas acuáticas es servir cobijo, resguardas la fauna acuática y purificar y controlar los niveles de oxígeno del estanque.