El tercer trimestre del 2020 sigue dejando datos muy negativos para las grandes redes aéreas. Según ha informado International Airlines Group (IAG), su capacidad de pasajeros ha experimentado una reducción del 78,6% respecto de 2019, lo que ha supuesto unas pérdidas después de impuestos de 3.176 millones de euros hasta el mes de septiembre. No obstante, los datos se agravan aún más si miramos las pérdidas después de elementos excepcionales, ascendiendo hasta 5.567 millones de euros. Debido a estos datos, la previsión de capacidad de vuelos para el último trimestre apunta a que quedará reducido un 70%.
Lufthansa solo ofrecerá un máximo del 25% de la capacidad del año anterior en el cuarto trimestre
"Estos resultados demuestran el impacto negativo del Covid-19 en nuestro negocio", ha lamentado el CEO de IAG, Luis Gallego, explicando que "los constantes cambios en las restricciones siguen creando incertidumbre para los clientes y hace más difícil planificar nuestro negocio de manera efectiva". Por ello, insta a los gobiernos a que "adopten pruebas previas a la salida, con la opción de pruebas posteriores al vuelo para librar a las personas de la cuarentena", considerando que "esto podría abrir rutas, estimular las economías y hacer que la gente viaje con confianza".
Por su parte, Air France-KLM ha informado de que los ingresos han sido de 2.524 millones de euros en el tercer trimestre, un 67% menos que el año pasado. Asimismo, registran unas pérdidas de EBITDA de 442 millones de euros, que se ha conseguido reducir gracias al control de costes y a las ayudas estatales. Así, en estos momentos, la deuda neta se sitúa en 9.308 millones de euros, lo que supone un aumento de 3.161 millones con respecto a finales de 2019. Finalmente, señalan que, a 30 de septiembre de 2020, el Grupo disponía de 12.400 millones de euros de liquidez o líneas de crédito.
Las previsiones de Lufthansa tampoco son halagüeñas
Siguiendo esta línea, la pasada semana, la aerolínea alemana Lufthansa informó de que, durante los nueve primeros meses, la pérdida operativa fue de 4.161 millones de euros. Además, de forma preliminar, el EBITDA ajustado en el tercer trimestre fue de -1 262 millones de euros. No obstante, aseguran que esta situación se ha visto paliada en cierta manera por las entradas de efectivo debido a la expansión de las actividades de vuelo en julio y agosto. Asimismo, la aerolínea también se benefició de una estricta gestión del capital circulante y el aplazamiento del pago de impuestos.
Finalmente, no esperan un futuro muy prospero, considerando que la demanda de viajes aéreos se mantendrá baja en los próximos meses de invierno debido a la evolución global de la pandemia y las restricciones de viaje asociadas. Por ello, las aerolíneas del grupo germano solo ofrecerán un máximo del 25% de la capacidad del año anterior en el cuarto trimestre, para garantizar que las operaciones de vuelo continúen generando una contribución positiva en efectivo. Al mismo tiempo, desde Lufthansa aseguran que están trabajando intensamente en medidas de reestructuración en todos los segmentos comerciales para lograr ahorros de costos a corto y mediano plazo y minimizar la salida de efectivo.