Es cierto que nunca llueve a gusto de todos, y que cualquier medida es susceptible de ser mejorada. Pero el Ministerio de Transportes está demostrando sensibilidad hacia los problemas del segmento de viajeros (no tanto hacia el de mercancías, paro mediante). Se siguen articulando soluciones que incidan sobre la mejoría de la liquidez en los operadores, uno de los principales problemas provocados por la pandemia, y destinando partidas presupuestarias a ayudar al empresario. Es el camino.
