Para su celebración, el BEC dispuso de un minucioso plan de seguridad y salud que ha resultado eficaz y aplicable al resto de convocatorias que ya están en el calendario del recinto ferial vasco, como por ejemplo las pruebas de EBAU (antigua Selectividad) o la OPE de la Ertzaintza. En paralelo y tomando esta experiencia como base, el BEC también está trabajando en la confección de un protocolo propio para las ferias con público que se celebrarán en sus pabellones a lo largo del segundo semestre del año, sujeto a las directrices de las autoridades competentes.
"La colocación de una señalética insistente e incidente favoreció la entrada ordenada de los examinados"
En lo referente a esta primera convocatoria con miles de asistentes, se tuvo en cuenta todos los aspectos que puedan afectar a los asistentes: desde los accesos por el metro o el parking hasta la entrada ordenada al interior, la higienización y la utilización de ascensores y cuartos de baño. De esta manera, el protocolo diseñado dividió el espacio en tres zonas: tránsito (accesos), espera (atrio del BEC) y privada (interior del pabellón). Cada una de estas zonas contó con cartelería específica para dirigir de manera unidireccional a los asistentes, evitando así el cruce de personas por las zonas comunes de tránsito y espera. Asimismo, las 12 puertas del acceso principal al edificio permanecieron abiertas para evitar cualquier contacto con ellas.
Desde el BEC han destacado que "la colocación de una señalética insistente e incidente favoreció la entrada ordenada de los examinados". Así, se colocaron vinilos en el suelo en forma de punto marcando los dos metros de distancia, carteles con las medidas básicas de comportamiento e higienización, obligatoriedad del uso de mascarilla en el interior del recinto y reparto de gel hidroalcohólico a las puertas de cada pabellón fueron algunas de las medidas adoptadas para este evento. La limpieza fue otro de los factores importantes de este protocolo, con la desinfección de todas las mesas y el material común entre turno y turno de exámenes, y la higienización regular en baños, barandillas, pasamanos, ascensores y papeleras, entre otros elementos.
Aforo de los espacios
Durante las siete jornadas de pruebas,
el alumnado se dividió en cuatro turnos por día con horas alternas y en dos pabellones distintos. El aforo máximo de cada turno se fijó en 450 personas por pabellón de 15.000 metros cuadrados; estos, a su vez, fueron parcelados en seis áreas que acogieron a
un máximo de 80 personas cada una. Asimismo, se instalaron largas mesas para garantizar la distancia entre los candidatos y se solicitó al alumnado que acudiera con su propio material para evitar cualquier tipo de transferencias.
En el primer día de exámenes, el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, institución encargada de organizar la convocatoria a través de HABE,
mostró su "satisfacción" por la adopción de este protocolo y por la colaboración de las miles de personas que participaron en la convocatoria.