Las gentes del Turismo: trabajadores, individualistas, tan divididos como poco reivindicativos, siempre han sido ignorados por las diversas Administraciones, que les han dedicado, salvo honrosas excepciones, lo peor de cada casa.
Solo con haber montado en avión varias veces al mes, haberse alojado en diversos hoteles o haber viajado aunque fuere en auto-stop, al dirigente turístico de turno ya se le consideraba un entendido en el asunto. No obstante, este debe aprenderse ciertos mantras: estacionalidad, temporada, porcentaje, Turismo rural, alojamiento turístico, renovar la página web (siempre obsoleta) y poco más. Al fin y al cabo, el departamento cambiará de personalidad y ente con el siguiente Gobierno.
Pero llegó la crisis y su "virus coronado" e inmediatamente el responsable de la actividad, poco afecto a visitantes molestos, quizá trató de sacudírselos con rayos y trueno, y, de paso, a esta industria tan ignorada por ser poco ruidosa, poco molesta o poco reivindicativa. Las gentes del Turismo han pedido siempre poco, soportando los achaques silentes y superando todas las crisis recientes sin rechistar.
‘Las gentes del Turismo han pedido siempre poco, soportando los achaques silentes y superando todas las crisis recientes sin rechistar’
Por otra parte, al parecer, los visitantes sobran y molestan en algunas ciudades y áreas vacacionales que solo deseaban pocos turistas y multimillonarios, si es posible. Que no anden molestando, ni ocupando playas, calles, plazas o campos de golf. Imagino que ahora esos mismos estarán pensando y diciendo, tal vez: "Que vengan, que vengan, ¡quienes sean pero que vengan!". Pues hacerlos volver es muy difícil señores y señoras dirigentes.
Durante decenios, las mujeres y hombres del Turismo han recorrido el mundo poniendo la España Turística en el mapa de los posibles viajeros, que una vez aquí quedaron encantados "del producto" del país: clima, folclore, gastronomía equipamientos, bellezas naturales, culturales y gente. Fue realmente difícil crear la prestigiosa "Marca España" y aún más difícil subdividirla en 17 marcas.
Yo recomendaría a la Administración (si es que ello se puede), subscribir varios ejemplares de periódicos y revistas profesionales serios, como este, para sus Departamentos de Turismo y mandar a sus funcionarios leérselos obligatoriamente de cabo a rabo. Así tomarían algunas notas de cómo manejar un destino turístico y su industria; dejándose aconsejar, u oyendo, al menos, a sus dirigentes, asociaciones, profesionales y sabios.
Ante las declaraciones y medidas anunciadas para el futuro del Turismo Español, sotto voce, estarán entrechocando sus copas en brindis sin fin nuestros competidores del Mediterráneo o de otros mares y países.
¡Qué le importan a España ochenta y tres millones de visitantes!
Antonio Caballos