American Express Global Business Travel ha analizado el comportamiento del sector del business travel tras las últimas grandes crisis globales y su conclusión es clara: "la industria de los viajes de negocios es resistente y siempre se levanta después de caerse".
"Estamos ante un evento único para la industria. Nunca antes se ha dado un impacto masivo de esta naturaleza, y que no fuera una guerra que paraliza por completo la economía", afirmaba Richard Miller, ex vicepresidente ejecutivo del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, e sus siglas en inglés), sobre el impacto que tuvo en la industria de los viajes la pandemia del SARS (síndrome respiratorio agudo) en 2003, un brote que comenzó en China y se extendió a más de dos docenas de países antes de ser contenido y finalizar en 2004.
El brote del SARS impactó significativamente en los viajes. Muchas organizaciones en todo el mundo redujeron los viajes de negocios para proteger a sus empleados. Los viajes posteriores a los destinos más afectados, como China, Hong Kong, Singapur y Vietnam, tuvieron que ser aprobados por los altos directivos. Los aeropuertos y hoteles en Asia se convirtieron en pueblos fantasmas.
Es importante contar con un programa de viajes ágil y flexible
Con el SARS, parecía que los viajes a Asia podrían quedar interrumpidos indefinidamente, pero los viajes aéreos se recuperaron con bastante rapidez y el tráfico mensual de pasajeros internacionales volvió a los niveles anteriores a la crisis en nueve meses. Analizando el sector 10 años después se vio que los viajes corporativos en China estuvieron en auge y, según la Asociación Global de Viajes de Negocios (GBTA, en sus siglas en inglés), el país superó a Estados Unidos como el mercado de viajes de negocios más grande del mundo.
La epidemia del SARS demostró, según American Express Global Business Travel, la importancia de contar con un programa de viajes ágil y flexible, que pueda adaptarse fácilmente cuando las circunstancias cambian rápidamente. Los travel managers también se dieron cuenta de la necesidad de estar al tanto de la actualidad sobre sanidad específica de cada destino, para que las empresas puedan tomar decisiones rápidas y consistentes con el objetivo de proteger a sus empleados.
La crisis económica de 2007
Más tarde, entre 2007 y 2009, llegó la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión, y también tuvo un gran impacto en los viajes de negocios. Con el colapso de Lehman Brothers y otros pesos pesados bancarios, la crisis de las hipotecas de alto riesgo y una alta tasa de desempleo, empresas de todo el mundo redujeron drásticamente sus presupuestos de viaje. Los viajes internacionales se convirtieron en videoconferencias; los empleados que todavía viajaban debían reservar asientos en clase turista y hoteles más económicos; los travel managers empezaron a utilizar datos e informes para observar los gastos de cerca y formar a los viajeros sobre cómo tomar decisiones más eficientes a la hora de comprar; algunas compañías decidieron unificar proveedores para ahorrar gastos, etc.
Hay que alcanzar un equilibrio entre la satisfacción de los empleados y el gasto en viajes
Sin embargo, un informe de Oxford Economics señala que las empresas que gastaron más en viajes de negocios durante la recesión de 2007-2009 tuvieron mayores ingresos y beneficios que las que redujeron su gasto en viajes de negocios; mientras que las que los recortaron, fueron más propensas a tener una disminución en las ganancias en los siguientes años. Para 2011, los viajes de negocios volvieron a crecer. Según este mismo informe, las empresas estadounidenses gastaron 214.000 millones de dólares en viajes nacionales ese año, superando un pico histórico registrado en 2007. En 2019, esta cantidad aumentó a 334.000 millones.
American Express Global Business Travel señala que las empresas deben alcanzar un equilibrio entre mantener la satisfacción de los empleados que viajan y ser inteligentes con respecto al gasto en viajes para que, cuando ocurra una crisis imprevista, no solo puedan capear el temporal, sino que también puedan mantener sus programas de viaje y ayudar a reactivar la economía después de que todo pase.
Otra crisis en 2011
Los ataques terroristas del 11 de septiembre tuvieron un gran impacto en el mundo y en los viajes corporativos.
La industria experimentó una de sus mayores caídas y aumentaron las medidas de seguridad en los aeropuertos. Los viajes de negocios y las reuniones se cancelaron y las empresas redujeron al mínimo los viajes en avión y muchas personas desarrollaron miedo a volar.
Tras esta crisis,
las empresas revisaron sus planes en cuanto a desastres. Los equipos de recursos humanos y los
travel managers se encargaron de establecer procedimientos para
mantener la seguridad de los empleados durante el viaje. Apareció la tecnología para localizar a los viajeros, poder comunicarse con ellos en tiempo real en caso de emergencias y, en definitiva, darles apoyo en cualquier momento y para cualquier situación.
American Express Global Business Travel concluye que, tal y como sucedió con las crisis pasadas,
habrá lecciones de esta situación actual que pueden ayudar a fortalecer los programas de viajes. Además,
aunque ahora la industria está en línea descendente, pronto crecerá.