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ARTÍCULO DE OPINIÓN/CARLOS GARRIDO

Reflexiones bajo mi olivo

domingo 03 de mayo de 2020, 07:00h
Reflexiones bajo mi olivo
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Hace unos días, reflexionaba sobre cómo a lo largo de los años se había ido perdiendo el valor que aportaba el banco de compensación utilizado por IATA y mi extrañeza porque las aerolíneas siguieran haciendo uso de él y no recurrieran a alguno de los sistemas modernos y actualizados que tienen ya implantado en el mercado las tarjetas de crédito y los bancos, los que si que lo hacen son las compañías low cost a un precio muy inferior y de una forma más eficiente por lo menos para las agencias.

Hoy me gustaría compartir directamente con los responsables de las compañías aéreas, algunas otras reflexiones sobre determinadas normas que recoge el manual del agente y que casi nadie conocemos, ni siquiera los que trabajamos frecuentemente con él, sin embargo ofrecen a IATA la posibilidad de sancionar a destajo a las agencias de viajes por cuestiones banales que nada tienen que ver a priori, con una relación mercantil o comercial entre las aerolíneas y las agencias, de hecho sirve nuevamente el ejemplo comparativo de las low cost que no necesitan esconderse detrás de nadie para sancionar constantemente a las agencias y la relación con ellas es más transparente, cada vez mejor y no es casualidad que su cuota con las agencias es cada vez más elevada.



IATA, ha sancionado por un importe de 1485,51 euros a una agencia por avisar solo unas algunas semanas después de un cambio en el accionariado de la agencia



Me refiero a algunas normas que IATA ha ido introduciendo a lo largo de varias décadas en el manual, con o sin la aprobación de las agencias que poco, o más bien nada, pueden hacer al respecto porque el propio manual recoge que si no hay acuerdo durante cuatro reuniones sucesivas en la implantación de estas normas, se hace lo que diga IATA si o si, por ese tipo de actitud que ha supuesto tradicionalmente un rodillo para los derechos que tenían las agencias, como la reducción de los plazos y de la frecuencias de pago que recientemente ha denunciado CEAV, y por considerar que no existe un órgano de negociación equilibrado, las agencias, tanto en España por decisión de la confederación, como en Europa por parte de ECTAA, se han levantado de la mesa de “dialogo” y prefirieron no formar parte de una farsa a la que venían siendo sometidas y por eso mismo también, mi antecesor en la presidencia de CEAV, Rafael Gallego, quien por cierto ha sido el único empresario y la única agencia en todo el mundo que ha tenido el valor y el coraje de hacerlo en nombre de todos, (este sector siempre le estará agradecido), después varios años en los juzgados confiamos que se resuelvan pronto y favorablemente, para que las aerolíneas reflexionen y cambien su actitud frente a los que son sus aliados reales y el principal canal de distribución para ellos.

Por desgracia, no siempre lo legal coincide con lo justo, esto lo hemos visto muchas veces a lo largo de la historia y lo seguimos viendo a menudo en los telediarios, personalmente considero que las normas son buenas solo cuando se establecen en base a criterios democráticos y de imparcialidad y no lo son cuando responden únicamente a sometimientos caprichosos normalmente impuestos por los más poderosos.

Para que se me entienda mejor y volviendo al tema, como ejemplo de esas normas absurdas que recoge el manual, este mismo mes de abril y a pesar de la terrorífica crisis por las que estamos atravesando como consecuencia del Covid-19, IATA, ha sancionado por un importe de 1485,51 euros a una agencia por avisar solo unas algunas semanas después de un cambio en el accionariado de la agencia, donde el socio y administrador de la sociedad adquirió el 20 % del capital restante de su compañía al otro socio minoritario de la empresa, sin cambiar nada ni en los órganos de administración, ni en la direccion de la empresa, pero sin embargo, fue objeto de esta desproporcionada sanción. Posteriormente he sabido que IATA utiliza a menudo esta absurda sanción sin que las agencias podamos hacer nada para evitarlo.

Podría nombrar muchos ejemplos más de sanciones o cargos (ADM) de este tipo, que IATA utiliza indiscriminadamente contra sus propios aliados y distribuidores sin que las compañías aéreas hagan nada ni se lo impidan a su asociación internacional, posiblemente porque desconocen esta forma de proceder de IATA y por eso hago esta reflexión que espero les llegue por este medio y consideren en algún momento poner fin a este tipo de prácticas innecesarias y anticomerciales y cuya eliminación sería muy bien valorada por las agencias y probablemente la buena percepción del canal principal de distribución, se traduciría en un incremento de ventas y rentabilidad para las aerolíneas muy superior a las cantidades recaudadas con este tipo de incomprensibles sanciones y ADMS.

Otra dato objetivo que refuerza y avala mi razonamiento, es el impresionante dato que se desprende en el decrecimiento del número de licencias IATA en España durante los últimos años en los que sin embargo el mercado ha crecido sustancialmente con incrementos sostenidos de las ventas, aumento en el número de empleados y en de facturación, y todo esto se debe a que las agencias ya no necesitan ya estar en IATA, sometidos a todas estas reglamentaciones excesivas, garantías, avales y costes elevados y canalizan sus ventas a través de otras alternativas como los consolidadores y grupos de gestión, que aportan mucho más valor a la red de agencias

En definitiva creo que sería muy positivo para todos redefinir una renovada plataforma de intermediación entre las agencias y las aerolíneas, donde realmente pudiéramos tratar en equidad los problemas y las situaciones que puedan crearse en la relación mercantil y comercial, donde pudiéramos explorar juntos nuevas oportunidades de negocio desde la colaboración y no desde las sanciones unilaterales, esto impulsaría unas buenas relaciones y el rápido relanzamiento de nuestra industria mientras IATA podría centrarse el resto de los importantes cometidos que tiene y donde realmente aporta valor como la seguridad, la legislación y la organización.


Las agencias de viajes también tienen que conocer y estar al corriente de este tipo de prácticas y deben asesorarse bien a través de sus asociaciones cuando tengan alguna duda sobre la interpretación, los compromisos, las responsabilidades o los plazos establecidos en el retorcido manual, para evitar así las desproporcionadas sanciones que aunque sean legales, por su naturaleza no son justas, enturbian la relación de las aerolíneas con el canal y desfavorecen a la red de distribución, que aunque a veces pueda no parecerlo, son los mejores socios y aliados colaboradores de las aerolíneas y en ningún caso sus enemigos.