Es el caso de Airbnb, que permite, por ejemplo, alquilar una habitación en Malasaña desde esta semana o un ático con terraza en el mismo barrio. Incluso avisan, una vez que se introducen las fechas elegidas de entrada y salida, que “los precios son más bajos de lo habitual”. Otros propietarios se muestran más cautos en estas webs y no abren las reservas hasta el 12 de abril, cuando inicialmente está prevista la finalización de los días de cuarentena.
La Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos se ha puesto a disposición de las autoridades sanitarias
También hay una empresa, con varios pisos en distintas zonas turísticas de Madrid, que advierte en Airbnb que sólo aceptan reservas “de gente que se haya quedado atrapada en Madrid por la cuarentena”. Además, comprobarán “todos los documentos y los vuelos cancelados”, además de exigir que los inquilinos sigan los decretos del confinamiento, sin descartar que sean requeridos por la policía y acaben desalojados de los apartamentos.
Airbnb responde a la pandemia con un reembolso total a los viajeros, indica la propia web, y a los anfitriones cancelaciones sin cargo en las reservas realizadas entre el pasado 14 de marzo y hasta dentro de un mes, el 14 de abril. Forman parte del conjunto de Políticas de Causas de Fuerza Mayor. Advierten, eso sí, de que las nuevas reservas no quedarán cubiertas y que no se aplicarán en ellas las causas de fuerza mayor porque las consecuencias del coronavirus ya han dejado de considerarse inesperadas.
En Booking, alertan de que muchos de sus apartamentos en el centro de Madrid, hasta 1.271, tienen “disponibilidad limitada” en estas fechas y redireccionan a su página de ayuda para acceder a los cambios necesarios en los planes de viaje previstos. También piden paciencia porque el tiempo de respuesta puede ser superior al habitual debido a la situación actual”.
La propuesta de Fevitur a la Administración
La Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur) se ha puesto “a disposición de las autoridades sanitarias del Estado para contribuir con sus recursos a paliar la crisis actual provocada por la expansión del Covid-19”. Ese ofrecimiento se ha traducido en brindar a las Administraciones públicas “las viviendas y apartamentos turísticos para lo que se pueda necesitar”.
La Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Madrid Centro, sin embargo, han alertado de que viviendas turísticas, “la mayoría ilegales", siguen operando durante el confinamiento y temen que, ante la caída de ingresos del turismo, "pasen a convertirse en el foco de actividades clandestinas, ilegales, prohibidas o directamente delictivas, generando un grave riesgo sanitario para los vecinos”.
"Basta una comprobación rutinaria para comprobar que portales como Airbnb permiten realizar reservas coincidiendo con el periodo de confinamiento invitando así a incumplir las restricciones del estado de alarma", han indicado las entidades vecinales en un comunicado. Estas viviendas operan "eludiendo los controles policiales, así como las restricciones de movilidad que impone el decreto de alarma y las limitadas excepciones al ejercicio de su actividad".
Las asociaciones de Centro han remarcado que, igual que el Estado tiene a su alcance herramientas legales para bloquear el acceso de los usuarios a páginas web en el caso de que vulneren derechos de propiedad intelectual, “con mayor razón debe hacerse cuando la actividad de los portales de Internet que ofertan viviendas turísticas pone en peligro la salud de las personas”.