La abrupta suspensión del Mobile Congress de Barcelona impactó en el MICE español y podría marcar el principio del fin de las vacas gordas del viaje profesional. ¿Qué éxito puede obtener un congreso en el que los participantes no pueden reconocerse (al ir con la cara tapada por mascarillas), ni siquiera estrecharse la mano o besarse para saludarse? Es, sin duda, la antítesis de un congreso, cuyo objetivo es precisamente congregar para estrechar lazos, facilitar el contacto personal y transferir conocimientos.
La pandemia del coronavirus chino podría ser el punto de inflexión de la actual bonanza turística
Asegurar que Barcelona (y España) es un "territorio libre del coronavirus", como hicieron autoridades municipales, autonómicas y estatales, podría ser cierto el día en que se hicieron tales declaraciones. Pero no hoy. De hecho, el 25 de febrero —segundo día del Mobile Congress, si éste se hubiera celebrado— se confirmaba el primer caso de coronavirus en Barcelona, que se sumó a los detectados en Tenerife o Madrid, entre otras ciudades.
Al igual que los efectos de la pandemia en el MICE —que podría iniciar el declive de este gran mercado—, los daños del coronavirus en el Turismo son evidentes.¿Qué efectos tendrá sobre el Turismo que el pasaje del crucero Diamond Princess esté en cuarentena (con fallecidos a bordo por el virus) o que los huéspedes del H10 Costa Adeje estén recluidos en el hotel tinerfeño?... Máxime si esta situación se extiende al transporte o la restauración.
La alarma social creada ha llevado a que se agoten todas las mascarillas (¿tal vez porque se fabrican en China como el 25% de la fabricación mundial?) en Madrid, antes de que se confirmara el primer caso en la capital. Pese a los esfuerzos que realizan el Gobierno y el Sector por relativizar los efectos del virus, el tráfico de turistas ya se ha paralizado en parte de Asia y está ralentizándose en Europa. Es verdad que sólo en España mueren cada año miles de personas por la gripe, frente a las escasas víctimas del coronavirus. Pero la histeria ya se ha desatado.
El único punto positivo de la pandemia es la época en que se ha producido: en febrero, un mes valle tanto para el vacacional como del viaje profesional, en plena temporada baja. Aunque impactarán en la semana blanca y Semana Santa, el Sector confía en que la situación esté controlada cuando arranquen las reservas de verano.
A diferencia de la Guerra del Golfo, que se declaró en agosto, el SARS chino que se conoció en noviembre o la nube de cenizas del volcán de Islandia que cerró el espacio aéreo en abril, el coronavirus llega en temporada baja. La gran pregunta es ¿cuándo estará bajo control?...
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