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El primer ministro ruso, Dmitry Medvedev. |
La decisión de Rusia de
prohibir la entrada de ciudadanos chinos a su territorio,
con la que busca frenar la propagación del coronavirus, tendrá un fuerte impacto en la actividad turística. La directora ejecutiva de la Asociación de Turoperadores de Rusia (ATOR), Maya Lomidze, revela que esta drástica medida supondrá la
pérdida de ingresos por importe de 40,7 millones de euros en los meses de febrero y marzo.
La cifra se elevaría a 454 millones si la prohibición se mantiene en verano
En el caso de que el veto se prolongue durante la temporada de verano (entre mayo y octubre),
la cifra se elevará a unos 454 millones de euros. ATOR da por hecho que pase lo que pase,
el flujo turístico procedente de China en el global de 2020 será inferior al registrado en 2019. Por este motivo, apuesta por aprovechar la liberación de capacidad hotelera y la previsible reducción de los precios para
atraer a turistas procedentes de Europa, Oriente Medio y sudeste asiático.