El empresariado turístico ve con gran preocupación la posible puesta en marcha de
dos de las medidas estrellas del Gobierno de Pedro Sánchez: la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y la derogación de la reforma laboral. Aunque todo parece indicar que los cambios no serán tan drásticos como se estableció en el acuerdo programático de PSOE y Unidas Podemos,
voces destacadas de la industria advierten de las consecuencias que acarrearían medidas de esta índole.
Un coste inasumible para pequeñas y medianas agencias
En palabras del presidente de CEAV, Carlos Garrido, el aumento del SMI hasta 1.200 euros, frente a los 900 actuales, "sería un disparate y una muy mala noticia" para un Sector "tan atomizado y con márgenes muy bajos". "Puede poner en jaque a muchas agencias de viajes, especialmente pequeñas y medianas", al suponer en muchos casos "un coste inasumible" teniendo en cuenta que "los costes laborales ya representan el 75% de los gastos de la agencia".
Garrido también se muestra "totalmente en contra" de la derogación de la reforma laboral. Al respecto, recuerda que "fue un acuerdo entre empresarios y sindicatos, con el visto bueno del Gobierno". Por ello, rechaza que ahora se pretenda modificar simplemente por el cambio de signo político.
Escarrer habla de consecuencias nefastas
El consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, apunta que "la productividad laboral se ha reducido en los dos últimos años, mientras que los costes laborales han crecido más que los ingresos". "Somos los primeros que apostamos por un empleo sano y mejoras salariales,
pero ojo, una subida del salario mínimo hasta los citados 1.200 euros puede tener consecuencias nefastas para el Sector", advierte.
Preguntado por NEXOTUR acerca del posible cierre de empresas que provocaría dicha medida, Escarrer aclara que "no me atrevería a hacer este tipo de pronósticos", si bien insiste en que
"sí lastraría mucho la competitividad del Sector". "La iniciativa privada ha protagonizado una labor excepcional y sería una pena que se pongan en riesgo todos estos avances", sentencia.
Por su parte,
el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Jorge Marichal, opina que "una subida desmesurada del SMI puede incidir en el desarrollo económico". "
Si se comete un fallo podemos tener problemas estructurales", avisa.
A pesar de que la pretensión inicial de PSOE y Unidas Podemos era elevar el salario mínimo a los mencionados 1.200 euros, el Ejecutivo, muy presionado por las grandes organizaciones empresariales del país, podría conformarse con dejarlo por debajo de los 1.000 euros. Cabe recordar que
hace justamente un año se elevó a 900 euros, lo que supuso un aumento del 22,3%, la mayor alza desde 1977.