Además de la cuestión económica, entiende que
"tendremos que tener en cuenta el nuevo perfil del beneficiario", cada vez con un mayor poder adquisitivo, más formación y más experiencia en viajes. También se ha referido a la polémica surgida este año por las quejas de algunos de los actores implicados, especialmente del sector hotelero. Cabe recordar que la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), muy crítica con los precios que perciben los establecimientos hoteleros,
presentó sendos recursos ante la Audiencia Nacional y el Tribunal Central de Recursos Contractuales. Según defiende, "
el precio del alojamiento ha mejorado en relación con el programa anterior".
Defiende que el precio del alojamiento ha mejorado
Asimismo, asegura que nunca se ha negado al diálogo y que previamente a la publicación del concurso se reunió con representantes de Organizaciones empresariales de hoteles y agencias para recabar su opinión, así como con las asociaciones de mayores, consumidores y representantes sindicales. Después de todos esos encuentros y de llevar a cabo un estudio de mercado, "se elaboró el pliego de condiciones cumpliendo escrupulosamente con el requisito de consultas previas con los actores implicados", sostiene.
En relación al retraso en el inicio del programa, argumenta que el cambio de Gobierno, sumado al proceso de modificación de determinadas condiciones establecidas en los pliegos, entre otros factores, "nos hizo tener algún retraso en la tramitación administrativa". "Los dos recursos presentados tampoco ayudaron", agrega. Pese a todo ello, subraya que "la agilidad ha sido importante" y que los viajes finalmente empezaron entre siete y diez días más tarde que en la temporada anterior. Como punto y final lanza un mensaje contundente: "tenemos que aprender de los errores y este tipo de licitaciones hay que tenerlas previstas con 18 meses de antelación a la finalización del anterior contrato".
Mirones pone como ejemplo el modelo del programa de termalismo
En la
mesa redonda del V Congreso Internacional de Calidad Turística, moderada por el director de NEXOTUR, Eugenio de Quesada, también ha participado el
presidente del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) y de la Asociación Nacional de Balnearios (ANBAL), Miguel Mirones, quien se ha referido al programa de termalismo social del Imserso. Según apunta, "en los balnearios hace ya muchos años se hizo una apuesta por la calidad, convirtiendo a este sector en el primero proporcionalmente en establecimientos certificados". "Este hecho facilitó que, en un momento dado en las negociaciones con el Imserso, se introdujese que
aquellos establecimientos que tuvieran un distintivo de calidad certificada como la marca ‘Q’ mejorasen su puntuación y, en consecuencia, su precio a la hora de fijar los mismos".
Esta experiencia, en opinión del presidente del ICTE,
sería trasladable al sector hotelero. "Hay una realidad social que no se puede obviar y es que el cambio de la sociedad española es evidente y las demandas de los clientes senior de hoy en día no tienen nada que ver con los de hace 30 años", explica. En este sentido entiende que "es necesario que los programas evolucionen, pero deben hacerlo buscando satisfacer las nuevas exigencias de los usuarios, y haciéndolo desde criterios de calidad se podrá defender un precio adecuado para todos los que intervienen en los ‘paquetes’ que se ofrecen".
También incide en la necesidad que tiene el sector empresarial de
conocer profundamente la nueva Ley de contratación pública del Estado para establecer las mejores estrategias a la hora de plantearse negociaciones futuras con la administración, puesto que esa normativa es muy precisa en su contenido y restrictiva en la fijación de precios de contratación.