El CEO de Thomas Cook, que asegura "haber explorado todas las vías para salvar este negocio", que tiene 22.000 empleados (9.000 en Reino Unido y 2.500 en España), ha encomendado a la consultora KPMG el proceso de liquidación del grupo empresarial y a AlixPartners tanto el destino como el difícil plan de recolocación del personal. Una quiebra que afecta de forma dramática a hoteleros, al transporte y al receptivo en España del mercado británico.