El CCIB tiene
3.300 metros cuadrados de cocinas y cámaras frigoríficas, con un servicio de restauración propio (F&B) y equipamiento de última generación, que tiene
capacidad para preparar hasta 30.000 servicios en un solo día. Hace tres años,
el CCIB inició voluntariamente un conjunto de mejoras para obtener la ISO 22000, la norma internacional que garantiza
la inocuidad de los alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria. Además, la certificación obtenida corresponde a la versión 2018, la más reciente publicada por la Organización Internacional de la Normalización (ISO), que se irá renovando periódicamente después de pasar por nuevos controles y auditorías.
La directora de F&B del CCIB,
Maria Bertó, destaca que la nueva certificación "
nos lleva ya a la excelencia" en el control de la cocina y trazabilidad de los productos. La ISO también supone
un "valor añadido" para los clientes, puesto que a partir de ahora los organizadores de eventos y los delegados y visitantes sabrán que todos los alimentos tienen implantada una ISO 22000. Por ejemplo, la normativa permite
conocer exactamente la trazabilidad de cualquier alimento. "Sabemos el origen, de dónde ha salido y el camino que ha hecho hasta llegar a nuestro centro”, añade Bertó, recordando que se priorizan los productos de proximidad.