Durante los últimos años, una de las palabras más utilizadas en el vocabulario de las empresas ha sido 'digitalización'. Pero, ¿cuántas de ellas de verdad lo llevan a cabo de una forma correcta? En muchas ocasiones, caemos en una espiral que nos convierte en 'muñecos' cuyos brazos son movidos y dirigidos por modas o procesos que 'hay que hacer' para diferenciarse de la competencia o incluso llegar a igualar lo que los demás están realizando.
En el caso del Madrid Marriott Auditorium Hotel & Conference Center, tuvimos la suerte de poder comenzar un proyecto de grandes dimensiones hace más de tres años. Un proyecto con unos nuevos objetivos en el que la digitalización ya estaba a la orden del día. No solo consistía en una remodelación y un cambio físico, sino que se trataba de un cambio de mentalidad para adaptarnos a una nueva era que comenzaba junto a Marriott International.
¿Qué entendemos nosotros por digitalización? Podríamos definirlo como “un proceso digital de aprendizaje continuo, que comienza en el propio individuo y termina en la personalización de cada uno de los servicios”.
En este proceso, el factor humano es esencial. Cuando comenzamos a hablar de digitalización, inconscientemente, nuestra mente viaja a un mundo lleno de máquinas de última generación; sin embargo, la digitalización parte de un porcentaje muy alto de factor humano unido a un aspecto generacional. Es un proceso progresivo en el que debe tenerse en cuenta la cultura tecnológica del equipo.
¿Hasta qué punto necesitamos de la digitalización? Deberemos realizar un análisis de la situación y conocer cuál es nuestro punto de partida y hacia dónde dirigirnos además de tener claros los objetivos. En muchas ocasiones, sabemos que la tecnología avanza más rápido que la inteligencia por lo que nos podemos llegar a topar con lo que nosotros denominamos: 'obsolescencia humana', una situación en la que no seamos capaces de asimilar la primera tecnología cuando ya deberemos conocer la segunda.
El cambio que se produjo en noviembre de 2015, cuando nos unimos a Marriott International, fue importante. Sabíamos que la forma de viajar había cambiado y, para ello, debíamos adaptarnos a las nuevas necesidades. Ahora el cliente demanda una serie de servicios y los quiere ya. Y, por encima de todo, quiere conseguir una experiencia única que pueda contar en redes sociales.
Por otro lado, nos encontramos con el reto de lograr todo esto en un hotel muy especial donde las dimensiones se encuentran por encima de lo normal. Gracias al trabajo de todo el equipo y la buena planificación que se llevó a cabo, ahora somos capaces de personalizar la experiencia de cada uno de los eventos a través de la tecnología instaurada en las salas de reuniones.