En el último Foro AgentLab, celebrado en el Salón TurNexoMadrid, los
representantes de UNAV y FETAVE coincidieron con Grupos como AVASA y con fuentes tan bien informadas como Amadeus, en constatar los buenos resultados de Semana Santa.
La importancia de las ventas de Semana Santa ha radicado históricamente en que son
un test —generalmente certero— que anticipa el comportamiento de la demanda interna de cara a la temporada clave de verano, de cuyo resultado depende en buena parte el balance anual de las agencias de viajes.
La parálisis que generan las elecciones y el miedo ante una nueva recesión preocupan
Ha beneficiado las reservas el hecho de que la de este año haya sido
una de las Semanas Santas más tardías que se recuerdan. Y, a diferencia de años anteriores con lluvias persistentes en primavera, la buena climatología ha animado a muchos clientes a reservar. Aunque finalmente lloviera, pero para entonces casi todo el pescado ya estaba vendido.
No ha afectado a las ventas, contra todo pronóstico, la convocatoria de elecciones generales. Tal vez porque también la incertidumbre que suele generar la campaña electoral empezó a ser percibida por la ciudadanía cuando las reservas ya estaban hechas. Cuestión aparte es qué pasará en la actual temporada de ventas de vacaciones de verano.
Máxime cuando, tras celebrarse las elecciones generales, la decisión de compra coincide con procesos electorales autonómicos y municipales. Que las elecciones paralizan o frenan el consumo es un hecho. Aunque está por ver cómo afectarán a la reserva de vacaciones de verano.
Incertidumbre que se suma al
temor del Sector a una nueva recesión económica, motivada en Europa por la ralentización de la locomotora alemana, pero que aún no parece afectar a España, a la vista de las previsiones de crecimiento que los organismos internacionales prevén para la economía de nuestro país.
La realidad, pese a los nubarrones que hay en el horizonte, es que la venta de viajes en España va más que bien. Y ojalá que esta tendencia se confirme de cara al verano. Aunque, como siempre, la clave está en la rentabilidad, que sí podría verse afectada por un eventual regreso de las ventas a la baja de última hora. La menor ocupación de los hoteles españoles, sometidos a la pinza de la recuperación de destinos competidores del Mediterráneo y la competencia desleal de las viviendas turísticas, podría provocar la aparición de ofertas de última hora. Con los perniciosos efectos que ello supondría sobre el margen y la operatividad del agente.
La eventual desaceleración (o incluso desplome) de las ventas en el mes de mayo es visto con preocupación por agencias independientes y grandes redes.
Ojalá este temor sea infundado y las reservas para el verano crezcan como en Semana Santa. Es algo que pronto sabremos.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.