Captio ha hecho el estudio 'El impacto del fraude interno en la gestión de gastos de las empresas' a partir de una muestra de 1.100.000 gastos de desplazamientos profesionales recogidos en las hojas de gastos reportadas por 530 empresas europeas durante el año 2018 en su plataforma y que corresponden a 39.483 trabajadores en movilidad.
El fraude más detectado es superar el importe máximo autorizado por gasto
En el informe, Captio ha detectado que el 64% de las empresas usuarias de su plataforma tienen activadas diferentes alertas para detectar el fraude interno y que el 77% cuenta con políticas de gastos para los desplazamientos de sus empleados. De los 1,1 millones de gastos analizados, el 13% no cumple con las políticas de gastos, por lo que se consideran potencialmente fraudulentos. Este porcentaje es mayor en las empresas pequeñas (19%), mientras que en las medianas y en las grandes es muy similar (11% y 12%, respectivamente).
Dentro de los tipos de fraude, el superar el importe máximo autorizado por gasto es el más mayoritario, con un 26%, seguido de pasar gastos antiguos (23%) y editar la información del justificante (20%). Más alejados están otro tipo de fraudes, como efectuar gastos en fines de semana (10%), pasar el mismo tique varias veces (9%) y la ausencia del justificante del gasto (7%).
Coste económico del fraude
Las consecuencias de este fraude interno para las empresas son muchas, aunque el más destacado es
el económico. En este sentido, el informe ha cuantificado en más de 27 millones de euros el coste en las 530 empresas analizadas, lo que hace una media de
51.386,87 euros anuales por empresa y 689,87 euros anuales por empleado, un 2,71% menos que la cifra del año anterior. Otras consecuencias tienen que ver con
la pérdida de competitividad, mayor dificultad a la hora de tomar decisiones, empeoramiento del clima laboral y un perjuicio en la reputación de la empresa.
Para combatir estas consecuencia, Captio expone en su estudio algunas recomendaciones, como por ejemplo
establecer un marco normativo que incluya políticas de gastos —y darlas a conocer—, utilizar herramientas tecnológicas que detecten automáticamente el fraude, formar y concienciar a todos los trabajadores de la empresa,
realizar auditorías, fomentar un buen clima laboral, ofrecer canales de denuncia anónimos, que todos los estratos de la empresa estén comprometidos con el cumplimiento de las políticas de gastos y segregar las funciones del control de los gastos.