Las llegadas de turistas internacionales
crecieron un 6% en 2018, con un total de 1.400 millones de movimientos. El pronóstico a largo plazo de la Organización Mundial del Turismo (OMT), publicada en el año 2010, indicaba que dicha cifra se alcanzaría en 2020, si bien el comportamiento favorable registrado por todas y cada una de las regiones ha hecho que se llegue a esta barrera dos años antes de lo previsto. Además, para el presente 2019 la OMT espera un nuevo incremento de entre el 3% y el 4%.
Pide que se tenga en cuenta a los visitantes y a las comunidades locales
A pesar de los enormes beneficios que trae consigo esta evolución positiva de la industria turística, "su crecimiento, en especial en algunas ciudades europeas, genera importantes desafíos en cuanto a la gestión de flujos y su impacto en los residentes". Así lo reconoce el secretario general adjunto de la OMT, Jaime Alberto Cabal, quien opina que esta tendencia "exige que el Sector garantice políticas públicas y prácticas sostenibles que reduzcan al mínimo los efectos negativos en el uso de los recursos naturales, las infraestructuras, la movilidad y la saturación, así como su impacto sociocultural". "El Turismo será sostenible solo si se desarrolla y gestiona teniendo en cuenta tanto a los visitantes como a las comunidades locales", advierte.
A su juicio, "no existe una solución única para lidiar" con la masificación que sufren determinados destinos. No obstante, detalla que un informe elaborado por la OMT sobre los efectos de la saturación turística, el cual recoge 11 estrategias y 68 medidas para gestionar mejor el crecimiento de las llegadas, "sí recomienda una visión estratégica común para todas las partes interesadas: reconciliar a los residentes con los visitantes y adoptar una planificación cuidadosa que respete los límites de capacidad y las especificidades de cada destino". En esta línea, aboga por "un Turismo inteligente en el uso de la tecnología y de la innovación para promover experiencias auténticas, dar seguimiento al impacto del Turismo y fomentar políticas de dispersión para repartir los beneficios por toda la ciudad y gestionar la congestión".
Sensibilización para luchar contra la Turismofobia
Preguntando por los intentos por demonizar a la actividad turística, Cabal considera que "más que fuerzas políticas con algún tipo de intención, son más bien expresiones que de alguna manera
no entienden la importancia y la gran repercusión económica y social que tiene le Turismo para cualquier sociedad, cualquier destino o cualquier país". "Es necesario seguir sensibilizando todos los aspectos positivos que genera para cualquier economía y Estado, y de esa manera ir desvirtuando esas intenciones de demeritar la actividad turística", sostiene. Asimismo, puntualiza que "esto siempre tiene que ir acompañado de unas políticas claras de responsabilidad social y en la sostenibilidad turística".
En relación a la posible aplicación de tasas turísticas,
una estrategia cada vez más extendida en Europa, el secretario general adjunto de la OMT recomienda "hacer un estudio de su posible impacto y
probar que realmente tiene el efecto que se desea". "Hay que evitar que se convierta en un impuesto para los prestadores de servicios turísticos", concluye.