Prácticamente cualquier sala desde 25 metros cuadrados puede convertirse en una sala de fitness
BH Fitness, asesora en la selección de máquinas que más se adapte al tipo de hotel, teniendo en cuenta las tendencias y buscando la solución que mejor repercuta al negocio. A través de visualizaciones 2D/3D y tour virtuales, ofrecen una mejor visión general de aspectos de la sala para mejorar el rendimiento de este espacio del hotel. Además, la compañía cuenta con un departamento de creación de espacios de interiorismo con el que, dependiendo del área que disponga cada hotel, orienta a sus gestores en su decoración, elementos visuales, distribución de máquinas y materiales. Para ello, aportan seis consejos que hay que tener en cuenta para la instalación de un gimnasio en un hotel.
El suelo tiene que ser duradero, con gran resistencia al desgaste, máxima absorción y que se adapte a cada deporte y actividad, incluyendo requerimientos técnicos como resistencia, flexibilidad, agarre o deslizamiento; la tapicería debe ser resistente en las áreas de alto uso; en cuanto a la iluminación es muy conveniente la utilización de tonalidades adecuadas de iluminación, con tonos desde el blanco “neutro” al blanco “frio”. Por otro lado, según diversos estudios, el rango térmico para la práctica deportiva en interior se sitúa entre los 20º y los 22ºC; los espejos son clave, ya que dan amplitud al gimnasio y permiten corregir la técnica, la postura y la forma de realizar los ejercicios mientras se ejecutan.
El responsable comercial Horeca de BH Fitness, Javier Rodríguez, ha señalado que “con el renting flexible”damos un servicio 360º a los hoteles para que sus gimnasios, aparte de ser rentables, cuenten con las principales novedades del Sector. Un hotel es la extensión de los hogares de los huéspedes que se alojan en él, por lo que contar con un gimnasio personalizado, posiciona a estos establecimientos por delante de otros, consiguiendo que dispongan de más y mejores servicios para sus huéspedes”.
Una fórmula para cada tipo de hotel
Renting flexible establece distintas horquillas de cuota mensual en función del equipamiento y los metros cuadrados de la sala. Estas cuotas tienen un precio que va desde los 150 euros, e incluye el mantenimiento de las máquinas y la reparación de las mismas si fuera necesario, con un servicio de asistencia 24 horas garantizado, reduciendo la necesidad de cualquier tipo de mantenimiento. Con lo que prácticamente cualquier sala desde 25 metros cuadrados puede convertirse en una sala de fitness. Así, espacios infrautilizados o empleados como zonas de poco valor pueden habilitarse como gimnasio y pasar a convertirse en un espacio generador de valor para el hotel.