Los posicionamientos varían desde los que piden que se aplique la ley a aquellas compañías de propiedad extracomunitaria (
como es el caso del dueño de Air Europa) hasta quienes cuestionan que en un mundo globalizado se veten empresas en función del accionariado. Máxime cuando
es casi imposible segregar a los accionistas por su nacionalidad en sociedades capital-riesgo plurinacionales o en empresas con accionariado atomizado que cotizan en Bolsa y cuyos títulos cambian de manos de un día para otro. Es intentar poner puertas al campo, dicen.
Iberia e IAG han movido ficha para mostrar su españolidad y su europeidad
Iberia y el Grupo IAG han movido ficha para mostrar su españolidad y su europeidad, respectivamente. Iberia ha acreditado que el control de la mayoría de los derechos políticos de sus acciones están en manos de
un grupo empresarial tan español (pese a su nombre) como El Corte Inglés. Por su parte, International Airlines Group (IAG) ha dado un paso estratégico para protegerse ante un cada vez más posible Brexit sin acuerdo. Un hecho relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), revela que el grupo aéreo
ha limitado al 47,5% las acciones que pueden poseer titulares de fuera de la Unión Europea. Y aclara que "no se puede garantizar que dicho máximo permitido vaya a ser eliminado en el futuro ni, en su caso, cuando sería eliminado". En suma, tras la publicación de este anuncio no podrá tener lugar ninguna adquisición de acciones de IAG por parte de extracomunitarios.
La Comisión Europea, según el Financial Times, ha dado un
plazo de seis meses a grupos aéreos como IAG para reestructurar su accionariado. El objetivo es mantener los derechos de vuelo (slots de despegue y aterrizaje en los mejores horarios y en las terminales más operativas de aeropuertos europeos) en la Unión Europea, en caso de que haya un Brexit duro.
En caso de ruptura definitiva de las negociaciones con la Unión, los derechos completos únicamente serían para aquellas aerolíneas en las que más del 50% de la propiedad —así como su control efectivo— esté en manos de personas y empresas de los Estados miembros. Una ventaja competitiva de asusta o alegra por igual a las aerolíneas no comunitarias y europeas.
En el caso de España, los efectos del Brexit podrían afectar tanto a la disminución de llegadas del mercado emisor británico, el abandono de residentes y, en su caso, la pérdida de
slots de Iberia, que afectaría al mercado español y
redefiniría el actual reparto del mercado aéreo.
Iberia está realizando una intensa acción
lobista para impedir que el Brexit acabe asestando un duro golpe a la otrora compañía de bandera española.
Parte de esta actividad se desplegó en CIMET, de cara a las rutas con buena parte de los destinos turísticos de Iberoamérica.
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