Los aviones seguirán volando entre Reino Unido y la Unión Europea
En un documento elaborado por la Asociación Británica de Agencias de Viajes (ABTA), se insiste en primer lugar en que, con independencia de que haya o no acuerdo, los aviones seguirán volando entre Reino Unido y la Unión Europea. En el caso de que la negociación llegue a buen puerto, explica que "habrá un periodo de transición, lo que significa que todo seguirá igual hasta diciembre de 2020". Mientras tanto, en un escenario sin acuerdo "la Comisión Europea ya ha aclarado que las aerolíneas británicas podrán seguir operando vuelos y el Gobierno británico ha ofrecido garantías similares para las compañías aéreas de Europa", añade.
En relación al posible endurecimiento de los requisitos de entrada en la Unión Europea, ABTA incide en que "la Comisión Europea ya adelantó en noviembre de 2018 que, incluso en un escenario sin acuerdo, los viajeros británicos podrán seguir accediendo a la Unión Europea sin visado, siempre que haya reciprocidad por parte de Reino Unido". Previsiblemente sería a partir de 2021 cuando los ciudadanos británicos se verían obligados a pagar una tarifa (alrededor de siete euros) por la exención de visado, algo similar a lo que ocurre con los turistas estadounidenses.
Aunque en todo momento descarta la posibilidad de que el Brexit duro provoque la cancelación de viajes ya reservados, ABTA hace referencia a la elevadísima protección de la que disfrutan los clientes que contraten viajes combinados. "Si reserva un ‘paquete’, sus vacaciones estarán protegidas por la regulación correspondiente, lo que significa que tiene derecho a un reembolso completo si su viaje ya no puede ser proporcionado", aclara.
Consejos para los turistas que tengan previsto acudir a la Unión Europea
Pese a todo ello, la Asociación reconoce que
hay cosas que sí cambiarán a partir del 29 de marzo, por lo que hace una serie de recomendaciones a los clientes. En primer lugar, pide a los turistas que
verifiquen la fecha de vencimiento de su pasaporte, asegurándose de que al menos le queden seis meses antes de su llegada al país. También aclara que en el caso de un Brexit sin acuerdo,
las tarjetas europeas de salud registradas en Reino Unido ya no serán válidas, por lo que aconseja la contratación de un seguro de viaje.
Los ciudadanos británicos que deseen conducir en la Unión Europea precisarán, a partir del 29 de marzo, de
un permiso de conducción internacional, cuyo coste es de 5,50 libras (algo más de seis euros). Ante el previsible aluvión de peticiones, el Gobierno británico está trabajando en la ampliación de la red de oficinas de correos donde se puede solicitar. Por otro lado, si Reino Unido se va sin un acuerdo, los ciudadanos que conduzcan su vehículo dentro de la Unión Europea deberán obtener y llevar una tarjeta verde física para que su seguro de automóvil sea aplicable.