“Incluir los estándares de calidad de una marca es mejorar el producto, no repetir un hotel igual que otro, eso no sería beneficioso ni para el hotelero ni para el cliente ni para la marca”
En ocasiones, algunos propietarios de hotel son muy reticentes a reconvertir sus establecimientos bajo el paraguas de una franquicia hotelera “por el miedo a perder el carisma o la personalidad del mismo al tener que someterlo a los estrictos estándares de calidad de una gran marca internacional, aún a sabiendas de que el cambio pueda suponer una oportunidad de negocio para llegar a un tipo de cliente internacional que de otra manera sería imposible conseguir”.
Jordi Cuenca, asegura que “asumir la conceptualización de un hotel con una marca y modificar las instalaciones para adaptar el establecimiento a sus requerimientos y estándares de calidad no debe restar en absoluto personalidad al hotel. Tendemos a pensar que el hotel pasará a ser un producto más, como hecho en serie, pero no es así, primero porque las características de cada edificio ya de por sí lo condicionan y lo hacen especial, pero además no hay que olvidar su entorno, su historia, la cultura del lugar donde se halla, etcétera. Sin duda, incluir los estándares de calidad de una marca es mejorar el producto, no es repetir un hotel igual que otro en una y otra ciudad, eso no sería beneficioso ni para el hotelero ni para el cliente ni tampoco para la marca que representa”, asegura.
Proyectos comprometidos con el interiorismo
“Uno de los proyectos más especiales de reconversión de un edificio protegido que hemos llevado a cabo, fue la intervención en el Hotel Madrid Prado” afirma Jordi Cuenca. En todo momento el proyecto de interiorismo, liderado por Área Arquitectura tuvo en consideración la historia y arquitectura del edificio, que en parte está protegido por ser patrimonio histórico de la ciudad.
Otro ejemplo de reposicionamiento fue el proyecto de ampliación de categoría llevado a cabo en el Mercure Barcelona Condor, el anteriormente denominado Hotel Alberta, en Barcelona. “La decoración tiene una importancia básica para destilar un gran respeto por la cultura local, por la esencia y la personalidad de la ciudad en la que se encuentra” afirma Jordi Cuenca.
El objetivo se logró captando la atención de los clientes a su llegada al hotel mediante Art Work con un relato artístico en todo el hotel. En sus 78 habitaciones los huéspedes encuentran un guiño a la literatura del siglo XX. Por otra parte, el diseño de los baños, blanco y gris, está inspirado en los dibujos de los pavimentos hidráulicos típicos de la Barcelona de los años 20.