El presidente de la Asociación Internacional de Palacios de Congresos (AIPC), Aloysius Arlando, destaca los principales retos de futuro a los que se enfrentan los recintos congresuales, que no son pocos. Además, destaca la capacidad de la asociación para seguir siendo relevante después de 60 años de actividad. La AIPC representa actualmente una red global de más de 185 centros en 60 países con la participación activa de más de 900 profesionales de nivel de gestión en todo el mundo.
En la mayoría de los términos de rendimiento, 2017 ha sido un muy buen año como continuación del patrón de crecimiento desde la crisis financiera global en 2008 a un ritmo que incluso superó el crecimiento del PIB mundial. Sin embargo, también ha sido un año de muchos desafíos ya que los 186 miembros de la AIPC han trabajado arduamente para satisfacer las necesidades y expectativas de los organizadores y delegados; y la naturaleza misma de los eventos pasa por una evolución fundamental que exige innovación y adaptación constantes.
La necesidad de generar niveles crecientes de flexibilidad en todas las áreas —desde espacios y tecnologías hasta servicios y gestión de eventos— continuará dominando nuestro entorno, al igual que la necesidad de mejorar y diversificar aún más los ingresos para satisfacer las expectativas de los propietarios y que apoyen nuevas inversiones necesarias en nuestras instalaciones. También nos enfrentamos a nuevos desafíos para responder a la creciente importancia de la digitalización en la economía global con el fin de ser vistos como relevantes para los vendedores y organizadores.
Los centros de convenciones son motores económicos de gran impacto
También tenemos el desafío cada vez mayor de competir con otros sectores por los recursos humanos que necesitamos para brindar la excelencia en el servicio, un desafío que debe satisfacerse con mayores medidas de capacitación y retención de profesionales.
Pero sobre todo necesitamos impulsar aún más la propuesta de que los centros de convenciones son motores económicos de gran impacto cuya función real es apoyar las agendas de desarrollo económico y comunitario en sus respectivas ciudades y países, ya que solo con este tipo de reconocimiento obtendremos el tipo de apoyo que necesitamos para prevalecer en un mercado cada vez más intenso. Este último requisito será exigente para muchos; sin embargo, es una imagen mucho más realista de nuestro verdadero papel y tenemos que ser más activos en su promoción.