Una atinada reflexión. El Periódico de CEHAT dedica su opinión editorial a la turismofobia y los atentados que han conmocionado al Sector en plena temporada de verano. NEXOTUR reproduce textualmente su posición:
"El verano de 2017 será recordado, además de por haber sido
el mejor de la historia para el destino España, por
dos acontecimientos que han conmocionado al Turismo: los atentados de Barcelona y
un nuevo fenómeno denominado turismofobia.
Los atentados terroristas no son algo nuevo en España, ni en el resto de Europa.
Las campañas de verano de ETA, que cada año se dirigieron contra nuestras playas y zonas turísticas, y las últimas acciones terroristas a gran escala contra los destinos estrella de la Unión Europea (como es el caso de París), son ejemplos del interés estratégico de los grupos terroristas por el Turismo. O más bien por obtener réditos del efecto multiplicador que esta actividad ofrece a sus repugnantes acciones.
Los atentados terroristas no son algo nuevo en España
¿Cabe imaginar un mayor impacto internacional, al afectar a ciudadanos de países de todo el mundo, que acciones terroristas como la de La Rambla de Barcelona, ejecutada por un terrorista armado con una furgoneta de alquiler?... Y lo mismo cabe decir de los atentados de París en 2015, cuyos efectos sobre Francia (como destino turístico líder de Europa) han sido ostensibles. Aunque
está por ver la capacidad de adaptación de turistas y operadores a esta nueva realidad, para descontar estos atentados a la hora de formalizar futuras contrataciones.
Cuestión aparte es la llamada turismofobia, con la que
activistas de determinados partidos tan minoritarios como radicales, han irrumpido en la temporada turística.
Con argumentos como el encarecimiento de la vivienda o la masificación, un remedo catalán de la kale borroka vasca
ha hostigado a turistas que viajaban en el Bus Turistic de Barcelona y, lo que es aún más sorprendente, han llevado su gamberrismo (¿o cabe hablar de vandalismo?) callejero hasta el puerto náutico de Palma de Mallorca.
La primera reflexión que cabe hacerse es: ¿con qué legitimidad (o connivencias) exportan a Palma este vandalismo de baja intensidad contra el Turismo grupos organizados (o alentados) por partidos radicales de otra Comunidad?
Y, ya metidos en dislates, ¿qué les lleva a elegir para estas estravagantes performances un puerto náutico, dirigiendo sus ataques hacia yates y restaurantes de lujo?...
No parece que este Turismo (de calidad, en toda regla), sea el que masifica destinos o crea problemas de convivencia.
Y teniendo tan cerca La Barceloneta,
no parece lógico volar hasta Palma para montar escenificaciones con tintes belicistas contra el tipo de Turismo que todos desearían tener.
El Turismo es hoy el principal sector de nuestra economía y el primer generador de empleo de choque en España. Y con las cosas de comer, no se juega".
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.