COLUMNA DE OPINIÓN / TATIANA PANKRATOF
Nexotur.com | Sábado 09 de septiembre de 2017
Pocas veces como en la actualidad se ha hablado tanto de la importancia de las experiencias, así como de conectar con el don de cada uno y de atreverse a explorar la propia creatividad. De esta manera, en esta vida de estrés, agobios y trabajos que han dejado de llenarnos, soñar con dejarlo todo y salir a la aventura es una constante que siempre nos remite a la idea de viaje.
En este contexto se encuentran los viajes creativos y experienciales, que se basan en un producto especial que son los recuerdos. Además, siguen la línea del Turismo sostenible dando respuesta a la necesidad de un mercado cada vez más concienciado y necesitado de acercamiento a cada destino.
También lo dicen los expertos en sus estudios sociales: vivir experiencias de viaje nos hace felices a largo plazo y combate el estrés y las emociones negativas al sacarnos de nuestro entorno habitual. Algunos diseñadores y estilistas como Beth Kirby o Megan Morton, han comenzado este movimiento a través de sus talleres de fotografía y estilismo en diferentes destinos en los que, poco a poco, han ido implementando actividades y experiencias para sacar el máximo partido a la inmersión creativa que pretenden llevar a cabo.
Siguiendo su estela, en España están empezando a surgir viajes como los que organiza Pannei The Travel Factory, que comienza a llevarlos a cabo junto a Virginia Abascal, directora creativa de Verdeaguastyle. Un ejemplo de este nuevo segmento de viajes que va haciéndose hueco podría ser un viaje a India siguiendo los pasos de una de las personas más creativas del momento, dormir en palacios antiguos y meditar en una sesión de yoga con los primeros rayos de sol. O asistir a un taller sobre creatividad y poner en práctica técnicas milenarias como el blockprinting. Aprender a seleccionar antigüedades y hacerte tu propia colección de tejidos con colores de ensueño, regatear y tomar masala chai como un auténtico indio. Con este tipo de experiencias sólo se quiere volver a repetir, porque viajar crea adicción y viajar creativamente crea felicidad.
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