Nexotur.com | Lunes 11 de septiembre de 2017
La salida de Globalia de Pedro Serrahima, flamante director general del grupo está sirviendo a enemigos de la corporación para intentar dañar la credibilidad y para cuestionar la gestión del primer grupo turístico español. El equilibrio entre un grupo de empresas como Globalia, con una estructura tradicional, pero que debe orientarse aún más hacia el entorno digital, es el objetivo del CEO de Globalia, Javier Hidalgo, que compartía su director general y amigo personal. Un objetivo que se mantiene, especialmente tras la salida de Serrahima y que no debe mezclarse con la caída de resultados del grupo, cuya causa es ajena al resultado operativo.
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