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Desarrollo del entorno digital en España

TRIBUNA DE OPINIÓN / ALFONSO GONZÁLEZ DE LEÓN

Nexotur.com | Domingo 18 de junio de 2017
España fue reconocida por primera vez en 2015, según el Foro Económico Mundial, como el país con el Sector Turístico más competitivo, posición que revalidó en 2016. El informe The Travel & Tourism Competitiveness Report evalúa 14 áreas y otorga una nota media para cada uno de los 136 países analizados. España obtuvo un 5,43 sobre 7, seguida de cerca por Francia, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.

Entre las debilidades de España cabe destacar la preparación para el entorno digital y el ambiente para hacer negocios, donde se incluyen las facilidades para emprender e invertir. En la primera variable ocupamos el puesto 29 de la clasificación y en la segunda, el 75, con todos nuestros inmediatos competidores en posiciones más avanzadas en ambas categorías.

Ahondando en el ámbito digital, España ocupa el puesto 35 en el índice mundial Networked Readiness Index (NRI), elaborado también por el Foro Económico Mundial y, a nivel europeo, se coloca en el 14º lugar en el Digital Economy and Society Index (DESI) de la Comisión Europea.

Estos datos demuestran que España está por detrás de sus competidores en cuanto a desarrollo del entorno digital y tenemos que ponernos las pilas. La apuesta por las nuevas tecnologías digitales debe ser un objetivo fundamental para las Administraciones Públicas y las empresas, debiendo lograr un liderazgo en innovación y transformación digital que impulse la competitividad y crecimiento del país.

En este punto es preciso también romper una lanza en favor del Sector Turístico, ya que lidera el desarrollo del comercio electrónico en España. Según los últimos datos publicados por la CNMC, correspondientes al tercer trimestre de 2016, los sectores de actividad con mayores ingresos en comercio electrónico fueron las agencias de viajes y operadores turísticos, con el 16,3% de la facturación total y el transporte aéreo, con el 11,6%, de forma que solo estos dos subsectores turísticos ya suponen casi el 30% de la facturación total del comercio electrónico del país.

La digitalización trae consigo cambios económicos y sociales, y su impacto disruptivo ya se está dejando notar en los modelos de negocio tradicionales, algo que afecta también al Sector Turístico. Las nuevas tecnologías tienen un enorme potencial que hay que aprovechar, pero también presenta retos importantes que debemos afrontar.

En el Turismo, la principal innovación disruptiva de los últimos años ha sido la aparición de las plataformas digitales, que facilitan el contacto directo entre particulares en un entorno seguro y de confianza para la prestación de servicios, entre otros de alojamiento o transporte. Esto conlleva que, por ejemplo, hoy en día una señora de Madrid que tiene una habitación libre en su casa puede alojar temporalmente a unos huéspedes americanos durante su visita a la ciudad. De esta forma, en Vinces, defendemos que estas plataformas han alterado el status quo "democratizando" los beneficios del Turismo, que pueden llegar ahora a un mayor número de ciudadanos.

Retorno de la competitividad

El retorno en competitividad de las plataformas digitales no viene solo por su base innovadora y tecnológica, sino también -e incluso de manera más relevante- porque su crecimiento responde a una demanda pujante e imparable de este tipo de oferta por parte de los viajeros. Así, el éxito de compañías como Airbnb viene dado porque ofrecen una forma diferente de viajar, compatible y complementaria con la de la oferta tradicional, que cada vez cuenta con más adeptos.

Según los datos oficiales del Barómetro de la Comisión Europea (marzo 2016) casi un 20% de los ciudadanos comunitarios había utilizado los servicios de plataformas digitales, siendo los datos de los españoles muy cercanos a esa media. Por otro lado, una encuesta encargada por la Organización de Consumidores y Usuarios entre ciudadanos de España, Italia, Portugal y Bélgica (febrero 2016) demuestra que alrededor de un 50% de los encuestados había participado al menos alguna vez en actividades relacionadas con este tipo de plataformas. Además, en ambos estudios los niveles de satisfacción de los usuarios con el uso de las plataformas son elevados, con notas medias por encima del 8 sobre 10.

Por lo que respecta a la demanda específica en el ámbito del alojamiento, vemos que alrededor de un tercio de los viajeros no iría a un destino si no dispone de la oferta contenida en las plataformas digitales, como Airbnb, HomeAway, etc. Estos datos vienen reflejados en el informe "Impacto social y económico de las viviendas de uso turístico en España" que realizaron ESADE y FEVITUR (Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos) en 2015. En la misma línea, un estudio reciente de Airbnb sobre el impacto de su actividad en Madrid (abril 2017) revela que el 31 % de los huéspedes no habrían visitado la ciudad o habrían acortado su estancia si no se hubieran alojado en casa de un anfitrión a través de la plataforma.

Compromiso con la innovación

Actualmente en España las plataformas digitales están aceptadas (al menos por la inmensa mayoría) como un nuevo agentes económico más. Sin embargo, si queremos seguir siendo competitivos en el Turismo y mejorar nuestra adaptación como país a la transformación digital, debemos ir más allá y hacer una apuesta firme por el crecimiento y desarrollo de estos nuevos modelos de negocio. Lo malo para España no es que hayan aparecido en escena plataformas digitales como Airbnb, HomeAway, Uber, Blablacar, etc., sino que lo malo es que prácticamente todas ellas (o al menos las más grandes) son extranjeras.

Los poderes públicos y las empresas españolas deben reforzar su compromiso con la innovación para conseguir herramientas digitales made in Spain que coloquen al país al frente de la economía del futuro. Y en un sector como en el Turismo, el único en el que somos punteros a nivel mundial, este objetivo adquiere mayor trascendencia.

No obstante, el reto consiste en orientar el desarrollo tecnológico de las plataformas digitales hacia la sostenibilidad del Turismo. Es responsabilidad de todos, de los poderes públicos, de las empresas y de los ciudadanos el ser capaces de conseguirlo. Una regulación adaptada y flexible, una visión empresarial a largo plazo y unos valores sociales son indispensables para guiar el buen uso de la tecnología en el ámbito turística para que sea un agente de cambio en positivo.

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