Las agencias de viajes seguirán jugando un papel crucial en la venta del producto crucero durante los próximos años y, por ende, en el crecimiento de la industria. Por este motivo, las grandes compañías apuestan por acercarse aún más a estos intermediarios, que acaparan la práctica totalidad de sus reservas.
Las compañías de cruceros apuestan por
estrechar aún más los lazos con el canal de agencias de viajes con la finalidad de incrementar la penetración de su producto. Así lo han puesto de manifiesto algunos de los directivos que han participado el
International Cruise Summit, evento que ha tenido lugar del 22 al 23 de noviembre en el Hotel NH Collection Madrid Eurobuilding.
En palabras
del director general de MSC Cruceros, Emiliano González, "no solo hay que vender un crucero al viajero, sino también a las propias agencias", con las que a su juicio "todavía podemos hacer mucho más". A día de hoy su compañía
canaliza el 97,2% de las reservas a través de estos intermediarios y, además, avanza que "
va a seguir siendo así durante los próximos años".
Norwegian Cruise Line entiende que ‘a muchas agencias todavía les da miedo vender cruceros’
Por su parte, el director de desarrollo de negocios de Norwegian Cruise Line en Europa, Juergen Stille, asegura no entender por qué "a muchas agencias todavía les da miedo vender cruceros". "Es un producto muy bueno que les aporta una importante comisión", subraya, al tiempo que aboga por "centrarnos en ellos" para incrementar aún más el número de pasajeros.
Crecimiento ‘irreal’ en la industria de los cruceros
El director de cruceros de Logitravel, Joan Balaguer, hace hincapié en la importancia de
mirar más a la rentabilidad que al volumen. "Hay que hablar de rentabilidad, porque es evidente que si se ponen cruceros a diez euros, los barcos se llenan", apunta. El directivo de la agencia
online, una de las que más apuestan por la venta de cruceros, recuerda que con la burbuja financiera se construyeron muchos barcos que, a raíz del estallido de la crisis económica, "
se intentaron llenar bajando mucho los precios".
Todo ello se tradujo en "
un crecimiento irreal y muy negativo", advierte Balaguer. A su juicio, "el cliente que paga muy poco es un cliente ficticio que no consume mucho a bordo y ‘contamina’ a otros pasajeros que han pagado más".