El mejor verano del Turismo en España. Esta temporada alta y el ejercicio 2016 pasarán a la historia como las mejores que ha vivido el Sector. El boom del receptivo y la recuperación del emisor, con el viento de cola de la crisis en nuestros destinos competidores del Mediterráneo, han creado una tormenta perfecta, que podría llevar a España a superar este año los 70 millones de turistas. Eso sí, con una reducción del gasto medio, que apenas supera levemente los 1.000 euros per cápita.
Un dato que confirma que el turista prestado a España por la
inseguridad creada por el terrorismo es de menor poder adquisitivo. Y está por ver si parte de estos millones de visitantes extra volverán a sus destinos habituales (
Turquía, Túnez y Egipto principalmente) u optarán por repetir en destinos españoles. Especialmente los franceses que han elegido nuestras costas y Canarias.
El Sector ha de hacer ‘lobby’ para que se dé a esta actividad la gran valoración que merece
El
lleno casi total de este verano, con ocupaciones del 100% en buena parte de nuestra planta hotelera, se produce en
un año clave para la recuperación económica, y refuerza la importancia del Turismo como el único gran motor de nuestra economía que no se ha gripado durante la crisis. Una fortaleza que el Sector Turístico debiera aprovechar ante la opinión pública para reivindicar la importancia que esta actividad tiene para crear empleo, compensar la balanza de pagos o reequilibrar económicamente nuestros territorios.
El Sector Turístico debe hacer
lobby especialmente ante nuestras administraciones autonómicas y locales, para que no vuelvan a repetirse disfunciones tan incomprensibles como la
suciedad y abandono del casco histórico de Madrid.
Aplicando el dicho de que "la mejor noticia de este verano ha sido la falta de noticias", a diferencia de lo ocurrido en la Costa Azul francesa o en el aeropuerto de Estambul,
España se ha beneficiado de un verano tranquilo sin atentados terroristas que lamentar. Otra cosa es el efecto sobre el consumo de viajes de los españoles que, pese a crecer al 20% interanual, acusa la
incertidumbre del clima político interno tras las sucesivas investiduras fallidas. Un clima que desincentiva el consumo y paraliza inversiones, además de crear dientes de sierra en la propensión al gasto turístico doméstico, detectado al inicio del verano y que podría afectar negativamente a las ventas de agencias y turoperadores del mes de septiembre.
España ha sido capaz de absorver la mayor demanda turística de su historia, y ha superado el reto con nota. Pero el reconocimiento por parte de nuestros dirigentes y la ciudadanía a este
valioso activo que es el Turismo ha de ser compatible con el debate sobre los
límites de la capacidad de carga de nuestros destinos, a la vista de los niveles de saturación vividos por destinos de sol y playa tradicionales o urbanos como Palma de Mallorca.
Empresarios y trabajadores del Sector Turístico han de unir sus fuerzas para que tanto la opinión pública como la clase política valoren lo mucho que debemos al Turismo, y afronten el debate sobre nuestra capacidad de carga sin denostar una actividad vital para España, la recuperación económica y bienestar de los españoles.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.