Miércoles 27 de julio de 2016
La dimisión de María Seguí al frente de la DGT supone algo más que un simple cambio de responsables. Da a entender que las cosas no se han hecho con la necesaria transparencia, porque dicha decisión por parte de la directora llega después de que Interior abriera una investigación urgente sobre la financiación concedida desde Tráfico a proyectos de investigación donde trabajaba su marido, solo dos semanas después de que la entidad cesara en sus funciones a la ya ex-subdirectora de Formación Vial, implicada en un supuesto amaño del concurso para adjudicar los cursos para recuperar los puntos del carné. No es que se admitan los hechos, pues la inocencia se sigue presumiendo, pero su ‘espantada’ da que pensar.