Aumenta la presión fiscal al Turismo. Tras la implantación de una tasa turística por parte del Gobierno de la Generalitat en Cataluña, Baleares es ya la segunda Comunidad autónoma que aplica la polémica tasa turística, impuesto especial que estas dos Comunidades autónomas españolas comparten con otros muchos destinos europeos.
Las tasas de Cataluña y Baleares son un lastre para la competitividad del destino España
Pese a la fuerte oposición de la práctica totalidad del empresariado turístico, que ha advertido de la
previsible pérdida de competitividad de los destino gravados con esta fiscalidad de nuevo cuño, sus consecuencias son ya un hecho: los turistas que pernocten en los establecimientos reglados del archipiélago balear y en Cataluñ
a deben abonar entre 25 céntimos y dos euros por día, dependiendo de la categoría del hotel. Una tarificación que rebaja la cuantía de la tasa que inicialmente se anunció, y
cuyos efectos están aún por determinar.
La tasa contempla la exención de pago que afecta a los visitantes menores de 16 años y, en temporada baja (del 1 de noviembre al 30 de abril), la tasa disminuirá en un 50%.
A priori, la recaudación del impuesto se invertirá en la conservación y protección del medio ambiente y en el fomento del concepto de Turismo sostenible. "Con la ayuda de estos ingresos, podremos mantener y mejorar la calidad del Turismo en las islas", defiende el consejero de Turismo del Gobierno balear, Biel Barceló, quien asegura que la tasa "representa
un sobrecoste máximo de 1,4% en cada presupuesto de vacaciones", según el Gobierno balear.
En la memoria de todos está, por contra, lo sucedido en Cataluña con la anterior tasa turística, que supuestamente se iba a dedicar a la promoción y
acabó financiando parte de ese pozo sin fondo que resultó siendo la compañía Spanair.
El máximo responsable turístico de Baleares plantea la nueva tasa en términos que mercados emisores como el alemán entienden bien: "Pedimos a nuestros visitantes una pequeña aportación para la
protección y preservación de nuestras islas", es el mensaje.
El Ejecutivo balear confía en lograr una
recaudación de entre 70 y 80 millones de euros en 2017, primer año en el que el impuesto se aplicará desde el 1 de enero. Asimismo, los efectos de esta recaudación (mayor gasto e inversión pública) se traducirán en 137 millones, con una generación asociada de 1.416 puestos de trabajo, según los datos recogidos en un estudio elaborado por The City Transformation Agency.
Y es que la perentoria necesidad de financiación que sufren nuestras Administraciones públicas, desde las Comunidades autónomas hasta la Administración central y las Corporaciones locales, incrementa de día en día la creciente
voracidad recaudatoria del sector público.
España debe aprovechar el
momento dulce que vive el Sector Turístico —en gran medida gracias al Turismo "prestado" por sus competidores del Mediterráneo— para mantener e incrementar su competitividad. So pena de que, una vez restablecida la seguridad de los competidores, nuestros mercados emisores pasen la factura a nuestros destinos. Y las tasas no son una buena idea.
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