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Bruselas y los viajes combinados

NEXOTUR | OPINIÓN EDITORIAL

El agente asume responsabilidades incluso cuando el destino sufra catástrofes naturales o atentados

Martes 19 de mayo de 2015

Más obligaciones para los agentes. Comisión, Parlamento y Consejo han dado ya luz verde a la nueva Directiva Europea de Viajes Combinados. En las próximas semanas, por tanto, la Unión Europea hará oficial esta nueva regulación para la creación y comercialización de viajes organizados.



Si bien España, como los demás países miembros, dispone de hasta dos años para incorporarla a la normativa estatal y autonómica (trasposición), por lo que su aplicación en España sería en 2017.

Resulta paradójico que, al tiempo que desde Bruselas se propicia el dejar hacer en la venta de los más diversos servicios turísticos en Internet, no deje de crecer la exigencia de mayor responsabilidad a los agentes. Aunque es precisamente esta "garantía ante el consumidor", la que asegura que la venta de viajes combinados siga siendo preceptiva para el agente.

Cuestión aparte es que existan proveedores online que —sin ser agentes de viajes— sumen las reservas de varios servicios "sueltos", entre los que se cuentan alojamiento y transporte. Lo que, de hecho, no es otra cosa que un viaje combinado. Una práctica para la que grandes transportistas suelen recurrir al paraguas de una agencia (que "cede" su título-licencia para este fin), mientras que otros comercializadores pasan hasta de guardar las apariencias. Aprovechan así las notables diferencias regulatorias de mercados como el británico, donde la venta de viajes organizados está liberalizada... aunque gestionen reservas para otros mercados emisores en los que la comercialización de viajes organizados es "exclusiva" de las agencias.
 
Son varias las principales rémoras de la nueva Directiva Europea de Viajes Combinados, aunque hay tres que destacan por su repercusión en las agencias.

La primera es el endurecimiento de requisitos para los agentes, que generará un considerable aumento de carga burocrática y financiera que soportan al vender viajes organizados.

La segunda, aunque sea la más preocupante, es la obligatoriedad de ofrecer protección al consumidor ante la insolvencia del organizador; incluyendo brindar tres noches de alojamiento a aquellos clientes que estén en destinos que sufran catástrofes naturales... o sean objetivo de ataques terroristas.

Y la tercera: que el agente ofrezca al cliente la posibilidad de cancelar sin coste alguno su reserva cuando el precio del ‘paquete’ aumente más del 8% desde el momento de la compra.

Con la vista puesta en conservar la venta preceptiva de viajes organizados en la agencia, el Sector asume esta nueva vuelta de tuerca de Bruselas. Pero mientas para los agentes alemanes la nueva Directiva demuestra que "hay futuro para agencias y turoperadores" y para los colegas ingleses es incluso "un importante paso adelante", para los franceses estas nuevas exigencias tendrán "consecuencias negativas sobre el empleo".

Sea como fuere, de lo ocurrido se extraen dos enseñanzas: la "exclusividad" de la venta de ‘paquetes’ en agencias tiene un precio, y la actividad lobbista del Sector en Bruselas resulta cada día más esencial.

Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.

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