Barcelona apuesta por los congresos. Una vez más, la Ciudad Condal se vuelca con el segmento MICE. En esta ocasión el objetivo es conservar hasta 2023 la sede del Mobile World Congress (multitudinario evento internacional de la telefonía móvil), cuya organización tiene asegurada hasta 2018.
Para ello, Barcelona ha contado con el apoyo de la Secretaría de Estado de Turismo, además de con la colaboración de la Generalitat de Cataluña, el Turisme y la Fira de Barcelona.
La iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona —con el apoyo del Estado y la Comunidad autónoma— es similar a la que, en su día, posibilitó arrebatar a Ginebra la sede de EIBTM, fijando en la Ciudad Condal la sede de la gran feria europea del MICE, por la importancia que para la economía barcelonesa (al igual que la catalana y española en su conjunto) tiene la actividad congresual, de convenciones e incentivos, de la que EIBTM es gran exponente.
Los datos del último Mobile World Congress (MWC) hablan por sí mismos: 93.000 asistentes, 2.000 expositores, 12.700 empleos temporales y un impacto económico en la ciudad cifrado en 435 millones de euros. Estamos ante un paradigma de rentabilidad social de la industria congresual.
En su miopía (o por el deseo de rentabilizar el evento electoralmente), el alcalde de Barcelona destaca la temática del congreso (la tecnología y avances de la telefonía) y su proyección internacional, pese a que el retorno para la ciudad no viene de la tecnología, sino que surge de ser sede y de la celebración del propio evento: "Esta es una revolución en la que estás o no estás", afirma el alcalde, "y nosotros queremos estar", refiriéndose a la telefonía móvil y a Barcelona, cuando de lo que verdaderamente se trata es de conservar la sede de este importante evento ...y no de que Barcelona albergue esta industria o que genere tecnología de telefonía móvil.
Intereses y mensajes políticos al margen, lo verdaderamente importante es que Barcelona quiere, sabe y puede apostar por los congresos. Y vuelve a demostrarlo con el Mobile. Aunque, al igual que la EIBTM, el MWC sea tanto o más una gran feria sectorial que un congreso internacional. Unir al Congreso Mundial del Móvil la Capitalidad Internacional de la Telefonía Móvil, y fijar la sede en una ciudad como Barcelona es un gran acierto.
Y no solo por el fuerte impacto económico y el empleo indirecto que genera, sino por el efecto llamada de eventos de referencia como éste, para atraer otros grandes congresos, convenciones y ferias, sin contar con el valor que aporta a la marca ciudad y la marca país, factor que es seguro no ha sido ajeno al respaldo político de instituciones municipales, autonómicas y estatales a esta iniciativa, cuyo "precio" se desconoce.
Iniciativas como las del Mobile World Congress o la que permitió captar la feria EIBTM, demuestran que el Sector es capaz de aglutinar los intereses de todos, propiciando que se haga un política instrumental y con mayúsculas, al margen del cortoplacismo o del interés partidista. Sin duda, otro motivo para felicitarnos.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.