NEXOTUR

Hasta siempre, querida Matilde

Matilde Torres, mujer entre los padres del Turismo, se ha ido el Día del Padre, dejándonos a todos huérfanos

Martes 20 de marzo de 2012

La prematura pérdida de Matilde Torres, presidenta de Catai Tours y emprendedora excepcional, a la que el Turismo Emisor debe mucho, es recordada por el director de NEXOTUR, en este último mensaje a una mujer irrepetible, cuya desaparición llora todo el Sector Turístico español



Matilde Torres nos dejó. Se fue el Día del Padre. La víspera había estado paseando con sus hijos, Laura y Germán, por su Retiro. El parque madrileño, junto a su luminosa nueva casa, desde la que salíamos a pasear y disfrutar de una horchata, intentando dar respuesta a su insaciable curiosidad. Hablando del presente —y sobre todo del futuro— del Turismo. Una actividad que le apasionaba y que fue, de hecho, como un tercer hijo. Cogida de mi brazo, sobre todo en las escaleras del pabellón de Cecilio Rodríguez, recordábamos mi boda (en aquel maravilloso lugar) y comentábamos la actualidad turística.

En nuestra última comunicación —a través de email— me decía que acababa de salir del hospital y "la verdad es que no me encuentro con fuerzas para ir el miércoles [día 21] a la audiencia del Príncipe: lo siento mucho". Le pedí que dejara pasar el fin de semana, y que el lunes ya vería si podía asistir, pero que la manteníamos en la relación de invitados a la Audiencia de Don Felipe con Futuralia... Cuando el lunes fue su secretaria quien me comunicó que no asistiría, tuve la certeza de que su marcha estaba próxima. Había quedado conmigo en que, a su salida de nuestro Gregorio Marañón, pasaría una mañana por su casa a charlar. Pero no. No pudo ser.

Matilde Torres, mujer entre los padres del Turismo, se ha ido el Día del Padre, dejándonos a todos huérfanos. Porque todos hemos perdido algo. En mi caso, una amiga y una ávida e inteligente interlocutora. La suya era una de esas cabezas bien amuebladas, que tan necesarias son en estos tiempos.

No paraba. Viajó a lugares inverosímiles para una persona en su situación. Pero siempre con Catai en la cabeza (y en el corazón). Feliz por estar rodeada de su maravillosa familia, en su nueva casa. Orgullosa de sus dos hijos, a los que consideraba —por convicción y en justicia, que comparto plenamente, no por amor de madre— dos puntales esenciales del turoperador líder en grandes viajes: Catai Tours.

Porque recordar a Matilde Torres sin Catai no sería posible. Ella fue la artífice de un modelo en la fabricación de viajes. La referencia dominante en el mayorismo del gran viaje... incluso para sus competidores. De hecho, el espacio de Catai no ha podido ser absorbido por los grandes grupos de integración vertical, todos los cuales han intentado en vano ocupar su espacio. Y eso, en un Sector Turístico como el español, son palabras mayores.

Porque no es fácil, precisamente, construir un turoperador que ha logrado ser el rey de los viajes del segmento alto. Y que hace de Matilde Torres, sin duda alguna, la reina de los grandes viajes.

La inteligencia y el temperamento iban de la mano en esta excepcional mujer. La inteligencia que le llevó a estar siempre alerta, presa de una curiosidad que habría hecho de ella una buena periodista, si sus derroteros académicos no hubieran ido por la Sociología. Una disciplina que le fue sumamente útil —mucho más que su formación en Turismo— para construir el imperio Catai, como tituló este periódico su opinión editorial.

No le tembló el pulso para despedir en bloque a su equipo comercial fundacional, cuando supo que no le era leal. Volviendo una y otra vez a la batalla para encauzar nuevos departamentos que no existían en otras mayoristas de viajes. Construyendo así un proyecto propio, desde la investigación permanente.

Sólo ella era capaz de dedicar una ponencia a la reingeniería de procesos aplicada a las agencias, exponiendo ante los demás aquello que iba aprendiendo, gracias a una pasión por la lectura mezclada con su personal disciplina académica.

Ambos hablábamos de las bondades de dirigir online la empresa, gracias al email e Internet. Algo que ensayaba (con éxito) en su turoperador, y que yo descubrí con la Redacción del grupo, a raíz de un accidente. Curiosamente, ella me visitaba por entonces en el mismo hospital (siempre con un estupendo libro) en que yo la visitaría a ella: el Gregorio Marañón.

Tenía Matilde Torres la, a veces desperante, costumbre de ponerte a pensar en aquello que acaparaba su interés, sumando a su intelecto los ajenos, en un inteligente ejercicio que explica —en parte— su éxito.

Su bendita obsesión por mejorarlo todo, y cambiar (siempre a mejor) lo que funcionaba, hacía de ella una gestora tan eficaz como brillante. Aunque desesperara a algunos de sus colaboradores y amigos, que éramos a la vez instrumentos para desarrollar su proyecto empresarial (su sueño) y las fuentes de que se alimentaba.

Le hice la que tal vez haya sido su última entrevista, en su casa, donde su cuñada nos hizo varias fotos, una de las cuales ilustra estas líneas.

Ya no podré disfrutar con ella (y mi socio) en esos largos almuerzos en Casa Lucio, diletantes e inolvidables. Porque hoy todos hemos perdido a una figura irrepetible. Mujer en un Sector de hombres (al menos en los puestos directivos), a la que sin duda el Turismo español debe mucho.

Tremendo fichaje el que han hecho en el Cielo. Donde ya tienen a quien pueda organizar los mejores viajes. Matilde siempre abriendo nuevas rutas. Explorándolo todo. Especialmente ahora, cuando ha emprendido su viaje más trascendente. Lástima que éste no pueda incluirlo en sus programaciones. Aunque siempre nos consolará que, allí en lo alto, cuando a nosotros nos toque hacer el último embarque, tendremos la mejor de todas las guías. 

Hasta siempre, Matilde. Gracias por honrarme con tu amistad. Viajar al Cielo será ahora más fácil, sabiendo que tú estás allí, amiga.