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¿Qué Turismo para la Europa del futuro?

Migraciones, seguridad, salud, solidaridad, cambio climático, transición energética o Inteligencia Artificial son algunos de los temas sobre los que dependerá el Turismo en el futuro.

Martes 17 de septiembre de 2024
TRIBUNA DE OPINIÓN
ROBERT LANQUAR


El lenguaje a veces tiene sutilezas que nos llevan a diferentes juicios y causas. ¿Cuáles son las diferencias entre la Europa del futuro y el futuro de Europa? Cuando hablamos del futuro de Europa, imaginamos escenarios en los que construimos políticas de seguridad, defensa, salud, migración, solidaridad, transición energética y cambio climático. Para el Turismo, es aún más evidente. Pero, ¿qué será el Turismo en la Europa del futuro de los años 2030, 2040, 2050, 2070, años que las jóvenes generaciones van a tener que gestionar?

Cerca de 150 personas se reunieron, entre el 11 y 14 de septiembre, en Siena, Toscana, la ciudad de los "palios" (con una de las universidades más antiguas del mundo, fundada en 1240), para debatir sobre esta Europa del futuro bajo la mirada de académicos y expertos de toda Europa (con una participación inglesa muy importante) y sabios reconocidos como Romano Prodi, ex-presidente de la Comisión Europea. El organizador era el grupo Visión de la Universidad de Siena. Por supuesto, el Turismo estuvo en el centro de muchas interrogaciones sobre migraciones, seguridad, salud, solidaridad, cambio climático, transición energética, Inteligencia Artificial...

De todos estos asuntos dependerá el Turismo del futuro en Europa. ¿Cómo imaginarlo para que responda a los deseos, pero sobre todo a las necesidades de los europeos, para que no dé lugar al anti-turismo, una palabra más política, o a la turismofobia, una palabra más ligada a las emociones? Incluso se le dedicó una sesión especial dirigida por el profesor Nicola Bellini, de la Universidad de Pisa, pero que durante mucho tiempo fue director de Turismo de La Rochelle Business School, con tres participantes de España, Rocío Blanco, de Cáceres, socióloga de la Universidad de Extremadura, Paolo Canfora, de Sevilla, director del Programa de Economía Justa y Sostenible del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, y Robert Lanquar, de Córdoba, Comisario del Foro de Córdoba para la Convivencia.

¿De qué se habló? ¿Qué futuros son posibles para Europa? Se acaba de conmemorar, el 15 de septiembre, el Día Internacional de la Democracia desde que la Asamblea General de las Naciones estableciera la fecha en el 2007. En España una mayoría de la población secunda este sistema político. Pero, tenemos una inquietud, por ejemplo, con el Turismo de masas o el sobreturismo. No hay democracia que sobreviva sin la confianza de la ciudadanía: ¿cómo recuperarla para que el Turismo sea considerado esencialmente positivo? ¿Educar al ciudadano? ¿Evitar grupos marginales que perturben las noches y unos sitios? ¿Reglamentar más? A veces la libertad crea injusticias, favoreciendo a los más fuertes. En el siglo XIX, un eclesiástico francés, Henri Lacordaire, de la Orden Dominicana en la Francia posrevolucionaria, en una homilía en Notre Dame de París, proclamó que la libertad oprime y que la ley libera en defensa de todos contra el poder déspota. Tendremos que regular, gravar más determinados productos y servicios, garantizar que el queroseno de la aviación tenga los mismos niveles de imposición que los carburantes para automotores y autobuses...

Innovar sí, pero más; más rápido que en la actualidad ante la emergencia climática, ante la competencia de países que ofrecen costos sesgados. Pronto, Francia, España e Italia no podrán enorgullecerse de estar entre los principales países turísticos del mundo. En cuanto a los que eligen el Turismo verde, debemos tener más en cuenta a China, que ha dado el giro verde, incluso en el turismo, pero con métodos muy eficaces, a menudo autoritarios, en el marco de una sociedad de vigilancia.

En cuanto a las migraciones, los profesionales, como Vanna Giunti, directora del turismo de Siena o Sorrella Lezzi, presidenta de Federalberghi, Asociación hostelera de Siena, en una Italia con Giorgia Meloni como primera ministra, se dan cuenta del peligro de las medidas adoptadas en los Países Bajos para retirarse "lo antes posible" del Pacto Europeo de Asilo y Migración. El nuevo gobierno holandés dio a conocer, el viernes 13 de septiembre, su programa de coalición, con la reducción drástica de la inmigración como prioridad absoluta. ¿Cómo podemos prescindir de los inmigrantes? Los necesitaremos cada vez más en la industria hotelera y de restaurantes, igualmente para ayudar a una población envejecida. Y el restablecimiento de los controles aduaneros en las fronteras, como lo hará Alemania a partir del 16 de septiembre, o las medidas en Francia que el nuevo gobierno de Barnier debería tomar en esta dirección, afortunadamente con más diplomacia y sentido común, preocupan a todos. Schengen ha impulsado el Turismo europeo.

Si eliminamos la facilitación en las fronteras europeas, tendremos menos turistas. No debemos olvidar que Europa ha creado igualmente el exitoso programa ERASMUS, una buena práctica para el mundo entero. A modo de compensación, los europeos debemos conocer mejor las tradiciones y costumbres de aquellos que quieren vivir en Europa, para que estos respeten e integren nuestros valores democráticos.

Esta semana nos recuerda que hace dos años ha nacido un movimiento de protesta tras la muerte de Mahsa Amini y la brutal represión del otoño de 2022 que ha dejado su huella en Irán. En Irán, parece ahora que, dentro de las familias, el comportamiento de los hombres ha cambiado y el lugar de la mujer ya no es el mismo. En las calles, cada vez son más las mujeres que dejan caer el velo. Y las mujeres iraníes, al igual que las afganas, quieren emigrar cada vez más a Europa.

Y luego están los temas relacionados con el Turismo y la inflación, que estará cada vez más ligada a la productividad agrícola, que se está reduciendo a pesar de los fertilizantes vinculados a las energías no renovables. Fueron los expertos de la FAO, cuya sede está en Roma, los que lo repitieron. Los precios agrícolas aumentarán, lo que tendrá consecuencias sobre la demanda, incluso si los precios de la energía y, en particular, los precios de la electricidad, se estabilizan. Los turistas pueden ser capaces de aceptar esta inflación, pero no las poblaciones residentes. Al igual que en algunos países del Mediterráneo, los disturbios por alimentos podrían multiplicarse y el turismo se detendría.

Por lo tanto, ha llegado el momento de contar con una verdadera política turística europea. La competencia desenfrenada solo puede llevar a decepciones y desastres para ciertos destinos. Una política de consulta a los ciudadanos, entre todos los países europeos, será cada vez más necesaria. Esto debe leerse en línea con los estándares que desean un 68% de los europeos, según una encuesta reciente para el Turismo y los demás sectores de la economía, de la educación, de la salud y de la digitalización...

El gran problema era, en primer lugar, la falta de datos fiables. Ya no podemos utilizar únicamente estadísticas de organismos internacionales como las de la OMT sobre las llegadas de turistas. Necesitamos datos más precisos, más abiertos, pero sobre todo indicadores, campanas de alarma que nos indican dónde se encuentran los términos, los límites que no deben superarse si deseamos un Turismo sostenible, responsable, solidario e inteligente. Es de suma importancia analizar el futuro de un destino turístico en un país o región, tales como el Plan Azul del Mediterráneo en los años 1990 y el proyecto MEDPRO 2030 Mediterranean Prospectivas, financiado por la Comisión Europea y la Fundación ENI Enrico Mattei en 2010.

La mayor amenaza no sería la seguridad militar. Algunos expertos militares explicaron en Siena que los problemas no serán en Europa con la OTAN o Ucrania, que se arreglarán en los próximos años. Será, más bien, hacia el este de Asia y el Pacífico, donde la amenaza militar será más probable, entre la confrontación nuclear que está provocando Corea del Norte y el deseo chino de conquistar Taiwán e imponer su ley en el Mar de China Meridional. Los franceses, por ejemplo, se preguntan si será posible ir con seguridad a Nueva Caledonia o a las islas del Pacífico en los próximos años. Será también el Mediterráneo que cuenta casi una tercera parte de las llegadas turísticas: ¿entre el calentamiento acelerado del mar, la subida de las aguas que van a impactar las ciudades y los puertos, la desaparición de la biodiversidad, la multiplicación de los incendios, sequias, inundaciones y tempestades, que pasará a partir de la próxima década?

La última novela de Jacques Attali, 'Bendito sea nuestro mundo', habla de 2029 como fecha clave que podría ponerlo todo patas arriba. Jacques Attali es más conocido por su trabajo de prospectiva. Cada vez son más los pensadores que advierten de nuevas amenazas. Yuval Noah Harari está alarmado por el avance de la inteligencia artificial (IA). El historiador israelí, autor de 'Sapiens', advierte que el poder se está desplazando por primera vez en la historia. “Hemos inventado algo que nos quita poder. Y está sucediendo tan rápido que la mayoría de la gente ni siquiera entiende lo que está pasando”.

La sesión de Turismo de la Conferencia 'Visión sobre la Europa del Futuro' planteó el siguiente reto: ¿Cómo convertir un problema (el sobreturismo) en una oportunidad (de experiencia más sostenible y de valor añadido) en las ciudades de arte más pequeñas? Es hacia estas ciudades y no hacia los destinos más competitivos, centros de gentrificación y de desigualdades, hacia donde debemos repensar el turismo del mañana en Europa, igualmente un Turismo de interior, de proximidad que permitirá reducir las huellas de carbono, evitar el sobreturismo y reducir las inequidades frente a estos derechos humanos, la movilidad, el ocio, las vacaciones, elementos claves de la Convivencia.

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