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El Turismo es un gran invento

Entre otras muchas cosas, se debe destacar que en 2023 la contribución total de la industria turística al PIB español se acercó a los 187.000 millones de euros.

Miércoles 31 de julio de 2024
TRIBUNA DE OPINIÓN
AGUSTÍN ALMODÓBAR


No descubriré nada si digo que la industria turística es la mejor carta de presentación de España en el mundo. Durante el año 2023, el numero de turistas internacionales que visitaron nuestros destinos superó los 85 millones por primera vez desde que existen registros, y todo hace indicar que cuando finalice el actual ejercicio volveremos a batir nuestra propia marca, lo que demuestra y confirma el grandísimo potencial y capacidad que tiene el Turismo para nuestro país.

Un Sector que genera riqueza, puestos de trabajo, elimina barreras y que es capaz como pocos de democratizar la vida de nuestros pueblos y ciudades.

Porque el progreso tiene mucho que ver con ser acogedor y agradecido con los que nos visitan, factores que también definen a España, como lo llevamos demostrando desde hace muchísimos años, conscientes de que cada vez más, en Turismo surgen nuevos destinos competidores.

Tampoco descubro nada si digo que el Turismo es el primer Sector exportador de España, o que da trabajo directo a casi tres millones de personas, a muchas más de forma indirecta, que da cobertura a miles de empresas y autónomos, que tira del carro de otros muchos sectores o que en 2023, la contribución total de la industria turística al PIB español se acercó a los 187.000 millones de euros.

Y creo que es de justicia reconocer que este sector económico, que tanto sufrió con la llegada de la pandemia, con trabajo, constancia y una increíble resistencia supo reponerse de la peor crisis de su historia. El Turismo funciona y funciona bien gracias a la gran labor realizada por empresarios, trabajadores y destinos. Todos ellos los verdaderos artífices del éxito turístico de España, todos.

La Turismofobia transmite el peor de los mensajes y no es algo nuevo, porque no es la primera vez que, desde sectores tradicionalmente vinculados a la izquierda política, sus satélites y algunos medios de comunicación afines, definen al Turismo como una actividad "depredadora", “abusadora” y “molesta” para la población local, pensamiento más propio de ignorantes tendenciosos que de organizaciones o movimientos preocupados por el futuro de España.

Que las más altas instancias políticas, administrativas, asociaciones y patronales de este país se vean forzadas a manifestar su apoyo al Turismo, denota que necesitamos que el Sector se desarrolle y avance todavía más para dejar bien sentado que de él depende en buena medida nuestro bienestar presente y futuro.

La demagogia y la incompetencia a la hora de gobernar y gestionar el fenómeno turístico, al final genera un problema para todos. Hay que saber gestionar de manera eficiente y saber crear una convivencia sostenible y ordenada entre residentes y turistas.

Una pintada, un ataque violento directo o una manifestación contra los turistas es tremendamente irresponsable y daña la buena imagen de España de cara al exterior y puede poner en riesgo nuestro potencial turístico y nuestro liderazgo. Luchar contra el sistema nunca debería traducirse en luchar contra lo que nos da de comer.

Frente a la sinrazón, debe imponerse la cordura. Frente a los actos violentos, las mayores medidas de seguridad ciudadana. Frente a la Turismofobia, fuertes dosis de Turismofilia, y frente a los disparates a los que hemos tenido que asistir en las ultimas semanas: bienvenidas sentidas y abrazos a los que nos visitan.

No es momento (nunca lo es) de ponerle puertas al progreso. No es momento (nunca lo será) de demonizar al Turismo, ni de imponer tasas que graven los bolsillos de los que nos visitan, ni de firmar moratorias a la inversión, restricciones a la llegada de turistas o la no concesión de licencias.

Poner el foco en el turista para justificar o tapar otras carencias, falta de atención o incompetencia es una tremenda irresponsabilidad, porque en todo caso, hacia quien deberían dirigirse esas protestas es hacia la falta de una política estatal turística transversal, exigiendo una mayor atención hacia esta industria y todo lo que la rodea, legislando a su favor, porque es el gran aliado, pero nunca hacia los que tienen interés en visitar nuestros destinos y son nuestros mejores prescriptores.

¿De qué sirven inversiones millonarias, campañas de promoción, viajes promocionales, campañas de sensibilización y tantas y tantas gestiones y esfuerzos por parte de empresas o destinos a lo largo de tantos años, si lo que sale en los informativos, tabloides y redes sociales de medio mundo es que recibimos a los turistas con insultos, pintadas y pancartas o pistolas de agua?

No lo puedo entender, porque el Turismo es un gran invento. Cuando cientos de destinos sueñan con parecerse a nosotros, buscan copiarnos y tener el éxito de España, aquí, por desgracia, los hay que repudian al Turismo.

Al final será verdad aquello de que 'Spain is different'.

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